Mientras las filas en las casetas electorales de Estados Unidos se llenan de pseudo-patriotas y nerviosos, el comedor de mi residencia es ocupado por 10 estudiantes preocupados por lo que acontece en norteamérica. La comida va arruinandose a medida que el noticiero informa los resultados en los diferentes estados. Así como a Ana Gabriela Guevara le ganaron por medio paso, Bush toma ventaja por sólo 2 votos teniendo cautivo al 51% de la poblción votante. Me invade una tristeza infinita, no mayor que mi coraje.
Termina la comida y tengo que salir disparada a la universidad, españoles y mexicanos intercambiamos ideas entre frases arrabaleras que muestran nuestra inconformidad ante la elección del pueblo "gringo".
Después de escuchar una sarta de: "que mierda", "estúpidos gringos" y "ya nos llevó la chingada", partí a la universidad sin dejar de pensar que en un mundo donde el país más poderoso es pro militar y cuyo dirigente resulve sus diferencias como un tácito neanderthal, no es posible vivir en paz y mucho menos feliz.
Que porquería, "imbéciles eligiendo imbéciles" es lo que respondería ante la pregunta: ¿que opina usted de las elecciones de E.U.?
Y... ¿Qué opina usted?
Yo, no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar, no me quiero casar. Quiero tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamore de mi voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario