martes, noviembre 09, 2004

Extraño fin de semana

Es hasta ahora cuando creo que tal vez, y sólo tal vez merezca la pena contar mi fin de semana.
Primero el jueves por la tarde, aquí siempre empezamos el jueves, hay mucha promoción de bares y alcohol, pero por 1 vez después de faltar 3 viernes seguidos a mi clase del viernes por salir el jueves por la noche, me vi prudente y rechacé la invitación a una fiesta, me quedé leyendo a García Márquez y luego me dormí ya que tendría que levantarme a las 7:00 am para respirar el aire helado de las mañanas de Madrid y cumplir con mis obligaciones.
Resultó que no me perdí de nada, la fiesta estuvo llena de drogas y pornografía, acosadores borrachos y gente estúpida, además de que les cayó un chubasco que ni dios padre les quitaba la empapada. Yo me fui a la universidad, para tener sólo 10 min. de clase para formar equipos y a que me arruinaran el puente para trabajar en un proyecto a entregar el primer día regresando de La Almudena. Me lleva.
El viernes después de regresar a dormir, terminando mi super clase, me alisté para ir al partido contra la universidad Rey Juan Carlos I, (pa’ servirle a Dios y a usted), jugamos como siempre, perdimos como siempre, 19 puntos esta vez y un partido bastante mediocre, encima fue en casa del Diablo y de camino hicimos 1 hr. Aprox. De ahí me fui a ver unos amigos que quedamos cerca, y me iba orinando, literalmente orinando, ya no aguantaba, llegué al centro comercial donde quedamos todos y me puse a buscar un baño, tardé menos en encontrarlos a ellos en la inmensa plaza que el baño, así que con ayuda de una amiga me metí de contrabando al baño de un McDonalds y descansé. Al final no hicimos nada, regresamos a casa a cenar y quedamos en salir por la noche.
Salimos a un bar donde pedí cerveza con vino tinto, me trajeron cerveza sola y vino con cocacola (calimocho), bueno, pues ya que, igual sabe bueno. Otra vez al baño, la luz quedaba afuera y un gracioso me la apagó, no veía nada, así que hice acopio de mi habilidad y mi paciencia para alumbrar con mi celular y evitar tirar la chamarra al excusado, raro, pero lo logré. De ahí nos fuimos a un botellón, lo que me faltaba, toparme con un machista pro-Bush que dice que las mujeres no saben nada de política, son todas frígidas y nunca entrarán al reino de Dios por que no conocen de football. Como hay gente estúpida en el mundo.
Sábado, me levanto temprano para ir a jugar otra vez, al menos no estaba cruda, pero esta vez el final es distinto. Comienza el partido, no lo hacemos tan mal, ya cerca del medio tiempo se empieza a poner cardiaco, tenemos ventaja de 10 puntos, se reanuda el partido comenzamos a perder ventaja, yo histérica, canasta de ellas, de nosotros, de ellas, de nosotros, de nosotros, de ellas, de ellas, de ellas, me cago, de nosotros… tambores… ¡GANAMOS! Siiii, por una vez en la vida ganamos, y por 5 puntos, que felicidad.
Durante la comida decidí ir al cine, no tenía ganas de salir por la noche, pero darle una oportunidad al 7° arte una tarde de sábado era una buena idea, pensaba ir yo sola, me gusta ir sola cuando una película me interesa mucho o requiere de toda mi atención para disfrutarla o bien entenderla, pero al final fuimos 5 chicas locas al cine, dispuestas a ver “El diario de Noa”, conocida en México como “Diarios de una pasión”. Suelo seguir el paso de las películas de alguien para luego entender mejor nuestras pláticas, además, encontré el libro en el aeropuerto y después de leerlo surgió en mi un deseo incotenible y bastante extraño por ver las palabras y mis personajes imaginarios en la pantalla grande. Creo que no es muy necesario mencionar que la película estuvo excelente, un romanticismo que no logra caer en lo cursi, que mezcla el dramatismo con la parte rosa del amor, me gustó, raro pero me gustó y mucho, incluso podría confesar que en ciertas partes tuve que tomar algo de refresco para suavizar el nudo en la garganta. Lo que no me gustó fue que me proyecté, he escuchado tantas y tantas historias de enamorados que se dejan y vuelven años después para ser felices, yo me pregunto ¿Qué se hace con el tiempo perdido?, y ¿los terceros?, no tienen la culpa pero son los que más jodidos salen al final y aunque yo haría lo mismo y defiendo mis ideales sobre los de los demás como es lógico, no deja de ser injusto para aquellos que en el tiempo que tardaste en darte cuenta a quien pertenecías te dieron lo mejor de su mundo, y se quedan al final sin rumbo y sin ti. No se si es destino o es cadena, pero no está bien, si sabes que es el amor de tu vida, no deberían importar las circunstancias, te quedas ahí y punto, contra viento y marea. He conocido tanta gente arrepentida por tirar... por canjear su felicidad a cambio de la seguridad, de verdad, creedme, es un trato terrible. Yo propongo… ir a dormir, mañana continuo la historia, por que viene la mejor parte.

No hay comentarios.: