miércoles, diciembre 28, 2005

Un nuevo adiós

Otro año que se va, otro año que acaba primero con el tiempo y luego a su paso con muchas cosas, nadie ensaya para despedirse, y aunque hagamos un speech prefabricado en el momento del adiós las ideas se dispersan, el argumento se te olvida y todo sale según la situación.
Ahora que se acaba este 2005 hago el recuento de los daños, no puedo parar de escribir con ese dejo melancólico de quien ha tenido que abandonar muchas cosas que quería, por otras que creyó querer, bueno, son decisiones y hay que hacer frente a ellas.
Este año lo empecé de manera excelente, lo empecé en esa tierra lejana que fue mi hogar, mío, era mío, mi departamento, mi cocina, mi cuarto, mi desorden... ahora solo me queda el desorden, entre cervezas, parques, pláticas sin fin y aquella maldición de las 10:00pm pasé un año maravilloso, conmigo lo pasaron un montón de duendes que hacían mi vida brillar, hubo risas, llanto, enojos y al final sólo nos quedaba esa sonrisa complice y esa mirada nostálgica de: "algún día nos volveremos a ver".
El año lo empecé en Barcelona, mi prima Ana y toda la familia me hicieron volver a casa por unas semanas, cuando volví a Madrid volví al hogar, a los sustos que le pegaba a mi compañera, a las noches de películas, a los jueves de dominó, a las madrugadas de messenger, a las cervezas de brake, volví a la casa de las vecinas, a las noches de Star Wars, a las borracheras de los vecinos, al parque de los patos y al inolvidable parque de la Luna, donde descubrí que la gente que me rodeaba no eran simples conocidos en las mismas circuntancias que yo, eran amigos, mis amigos que ahora felizmente puedo saber incondicionales.
El año se consagró el 22 de Junio, día de nuestra graduación, cuando esa persona que esperaba pisó territorio Ibérico y me hizo comprender que basta una mirada para hacer alguien feliz, y durante dos semanas pasé el verano más increíble de mi vida. Si antes había dejado una parte de mi en México ahora que se iba se llevaba más de la mitad de mi vida, de mi corazón, por un momento España me pareció tan gris, sus calles, sus caminos, sus tiendas, sus luces, lo odié, pero comprendí que cada quien estaba donde debía y antes de pensarlo 2 veces empecé otra aventura, y Dios sabe que el que ahora no tenga coche valió la pena.
Aprendí a decir Te quiero en 12 idiomas, Berlín, Hamburgo y Munich me hicieron comprender que el Holocausto fue como una bala expansiva que destrozó las entrañas de una sociedad. Praga me fundió en un cuento de hadas, con sus castillos, sus duendes, ¡los checos!, sus historias macabras, y el precioso atardecer. Budapest me rompió el esquema del Drácula tradicional y me conquistó al ofrecerme Cherry Coke. Viena me ofreció un nuevo proyecto de vida, Mozart, Bethoven, Haydn y sus tiendas llenas de notas musicales, la casa de música, wow, me quedé parada frente a ella escuchando a Shubert en un piano lejano y me fui pensando que no iba a tener un día mejor. Hacia el sur Italia me decepcionó con los hombres, Venecia me sofocó con el calor, Roma me conquistó con el Coliseo, Florencia me sorpendió con el arte, Oh salve Miguel Angel que no hay algo más perfecto que El David, Pisa cumplió mis chuecas expectativas y Milán no se dejó ver, al fin Bari me llevó a un sueño a través del ferry que se dirigía a Grecia. Athenas me desilusionó con el Partenón, en medio de tanto calor las ruinas de Acropolis no fueron capaces de llenar mi aliento, sin embargo el teatro griego es una obra majestuosa de total perfección, y Patras, ese puerto de "paso" me dio más que muros, construcciones y obras, en esa estación que hicimos servir de hostal apareció el Sr. de los 10 min. Alberto, donde quiera que estés, un beso, nos divertimos mucho contigo. Oh París je t'aime, la torre Eifel de noche fue algo increible que no teníamos contemplado, Versalles, El moulin, por Dios Notre Dame, Sacre Coeur, Mont Martre, sin palabras, París fue una película de Disney, aún no sé si pasó pero veo las fotos y puedo ver que fue real. Bruselas, lindo y no muy sorprendente, Brujas, mágico, sui géneris, de cuento de hadas, es como dijo Mon, para enamorados. Amsterdam, too much weed, lack of Van Gogh, lindas pantuflas en forma de suecos, lástima de lluvia. Y este fue el final, una inminente falta de presupuesto y un cansancio insoportable nos mandó de regreso a España antes de llegar a Londres.
Y de vuelta a Barcelona, donde pasé la mitad del verano en la playa, entre cerveza holandesa, orujo y cava. Y de vuelta a Madrid donde me fui despidiendo poco a poco, de eso poco que quedaba. Adiós al Open Cor, a mi depa, a casa de Ana, al Palacio, a Príncipe Pío, a todo en fin, a todo.
Como crónica de una muerte anunciada regresé a México, Septiembre me cobijó con mi antiguo cuarto, con mi balcón, con mi gente, en el aeropuerto mis ojos se perdían tratando de encontrar una razón para estar aquí, y poco a poco, entre abrazos y palabras de bienvenida entendí que estaba bien haber regresado. Vi sus ojos, sentí su respiración sobre mí y supe que no había mejor lugar para mí que entre sus brazos, aunque no supe como hacer que me creyera.
No hice nada importante mas que acabar la universidad, ahora soy toda una graduada, excepto por mi estúpidez de volar una materia, pero bueno, ya estamos más allá que acá.
Los lugares, las personas, las circunstacias que me rodearon este año fueron muy diversas, si pudiera repetir cosas de este año repetiría el verano en España y Septiembre en México, lo pasé increible, maravilloso, expectacular, speechless. Agradezco a los que estuvieron ahí, a quienes estuvieron en las buenas y en las malas y aunque en un principio aprendí a decir Te Quiero en 12 idiomas y ahora estoy aprendiendo a decir Adiós en los mismos, este año no tuvo nombre, ha sido de los mejores, supongo que el número ayudó, 22, dicen por ahí que una secuencia así siempre da buena suerte.
Le digo Adiós a un año que marcó totalmente mi existencia y para bien, le digo Adiós a muchas personas que sé no volveré a ver, le digo adiós a tantos y tantos momentos geniales que pasé esperando pasen de nuevo aunque diferente, le digo adiós a algo que fue muy bueno y ahora solo espero que este nuevo año aunque sea se le acerque un poco.
El 2006 lo empezaré con mi graduación, con la despedida de mi mejor amiga, con el cumpleaños de mi Papá, lo empezaré de vacaciones, en mi casa, con la gente que quiero, no se ve mal.
Este año lo termino bien, aunque debo aceptar que la verdad lo acabo un poco triste, ya saben por aquello que se fue, y por aquellos que se fueron, pero bueno, supongo que no se puede todo en la vida.
Tengo muchos planes para el 2006, muchas expectativas, espero que no me defraude, espero estar a la altura de mis propias metas, al nivel de mis sueños y tener la fuerza y las ganas para hacerlo todo de la mejor manera posible, perdiendo lo menos, dejando lo menos, sacrificando lo menos, y dándolo todo como siempre para llegar al final.
Rompiendo límites y desafiando el universo como siempre, empezaré el nuevo año y este que dejo, sólo puedo recordarlo como uno de los mejores. Gracias a todos por participar.
¡Feliz Año!

viernes, diciembre 23, 2005

Crónica de un Break Up

No debería ser Diciembre época de break ups, pero este año a mi alrededor lo ha sido y no hay tema más abundante y dispar del que hablar que este. Son tan distintos los modos de romper con alguien; las personas, las actitudes que se toman, las medidas, las reacciones, que nunca acabaríamos de entender qué pasa en realidad después de un break up. Lo que sabemos es que siempre hay uno de los dos que sale perdiendo, debe ser el inminente resultado de esa realidad en la que se dice que en una relación siempre hay uno que quiere más y que da más, no sé si es injusticia o infortunio pero es este mismo mártir quien siempre sale perdiendo cuando la relación se acaba. Aún si es este quien la acaba.

“Dar sin recibir” es una de las frases que rigen el amor, dar porque se quiere y punto, no porque se espere recibir algo a cambio, sin embargo somos seres humanos y como tales siempre esperamos una recompensa aunque sostengamos firmemente que no es así, y cuando no llega empezamos a jugar distinto y dejamos de dar y en algún punto, si la situación permanece inerte sin respuesta dejamos de querer, ¿Cómo? No sé, pero lo hacemos, es la defensa típica ante el enemigo del dolor, “Se me acabo el amor”, como si esto pudiera pasar en realidad.

Dice Aute: “Hay quien afirma que el amor es un milagro”, sí, hay quien lo afirma, según yo es simplemente parte de la vida pero empiezo a creer que es efectivamente un milagro, un deseo creado y puesto en nuestras manos para manejar de alguna manera esa frágil balanza de la felicidad y la infelicidad.
Sé que el tema de la felicidad es muy versátil y tiene muchas caras, no quiero encerrar algo tan grande en otro “algo” que ni siquiera sé definir concretamente, simplemente asocio la felicidad con el amor, porque así lo he vivido yo “cada quien habla de cómo le tocó en la feria”, y bien me ha tocado ser feliz cuando el amor ha entrado por la puerta e infeliz cuando se ha ido, por esto es que para mi, de creer que no existía, el amor se ha convertido en las riendas de mi felicidad, claro, entre otras cosas.

Es difícil romper con alguien, uno se consuela – y lo consuelan – con los mismos eufemismos sin sentido de toda la vida: el mundo no deja de girar si no está, la vida no acaba si no está, hay más peces en el mar, etc. ¡Es obvio!, claro que no pasa nada, la sangre no te deja de correr, ni el corazón de latir, y los pulmones no se te colapsan aunque… si bien es cierto que cuesta un poco respirar ahora que no está.
Uno sale adelante como puede, si te dejan porque fallaste en algo tratas de componerlo, si te dejan por alguien tratas de matarlo, si no te dicen porque te dejaron y solo se van tratas de averiguar porqué fue y luego regresas al inicio, como en un diagrama de flujo, si te dejan porque eres genial, al estilo “demasiado bueno para ser verdad” (yo diría demasiado cobarde para manejarlo), pues… te inventas las respuestas a todas esas preguntas que fluyen por tu cabeza porque las respuestas no te van a llegar de ningún lado, porque las necesitas pero no sabes ni donde empezar a buscar, porque las pocas que tienes no te sirven, porque llegas al punto en el que no entiendes nada, el colmo de la contradicción, eres LA NETA, pero no se van a quedar contigo ¿porqué? No sabemos, es tan ridículo que… no hay respuesta y te las tienes que ingeniar como puedas para salir del hoyo y seguir adelante aún si no llega el día en que entiendas que pasó. Y lo más difícil, entender que no fue tu culpa.

Hasta aquí llego con el panorama general de un breaking up, probablemente no he contado nada nuevo, nada que no sepan ya pero un análisis del entorno siempre ayuda a comprender un punto en particular.

En mi historia las cosas se suceden así: hay veces que siento que se me va ir la vida en un suspiro, pero todos los días despierto sin ningún cambio y entiendo aquel eufemismo, sí, la vida sigue, no importa si te duele respirar el aire en que no está, no importa si una fiesta de 500 personas se te figura un espacio vacío, no importa si se te acaban las canciones, o si te quedas horas sentado mirando la pared porque no le hayas sentido a hacer algo diferente, la vida sigue, con o sin que esté, la vida sigue, el mundo gira, la sangre corre, pero extrañamente, todas estas imparables situaciones se te presentan diferentes, y sientes que la vida no sigue, el mundo no gira y la sangre no corre, aquí es cuando cobra sentido esa frase que empleo mucho y es que cuesta respirar sin ti.
Lo que duele un golpe es directamente proporcional a la altura de la caída, mientras más alto subes, más duele cuando te caes y te das contra el piso. Así se siente el mundo cuando te acabas de caer, como el piso; duro, áspero, gris, plano. Y cuando te levantas y te das cuenta que tienes que seguir te planteas la idea de quedarte tirado, inerte, con la cabeza al piso, evitar levantarte y que te tiren, evitar dar un paso y tropezar, evitar siquiera dar un vistazo a ese mundo que sigue contigo te guste o no, pero que en una parte seguirá sin que esté.
Todo tiene un final, nada en la vida es para siempre, lo he pensado toda mi vida, y un día descubrí, pensé que había algo que podría no tener fin, la realidad es que no quería que terminara y me compre la idea de que podría existir algo que es para siempre. No puedo describir lo que sentí cuando me di cuenta que no sería así, no sé si “dolor” es la palabra indicada, me ayudaré con un poco de literatura: “Gemía a intervalos regulares, con una especie de arranque sofocado, como si el dolor, constante, firme, súbitamente se adensara antes de que pudiera agarrarlo y sostenerlo en los límites de lo soportable.”
Los límites de lo soportable, de verdad que estás palabras son reales, hubo algún momento en que de verdad creí que no podría soportar más, pensé que si soltaba una lágrima más terminaría por morir deshidratada, que sí llamaba a un amigo más para “platicar” me daría una congestión alcohólica, que sí pasaba otra noche sin dormir terminaría por estar despierta eternamente y si pasaba otro día sin comer podrían diagnosticarme anorexia, ¿Cómo se le llamaría a esta enfermedad? Pues no era la preocupación por mi figura lo que no me dejaba comer, era la desidia inmunda de no querer hacer nada porque sin no estaba no tenía sentido, al punto de atentar contra uno mismo, podría ser… como una anorexia espiritual.
Pero al final tenía yo razón, todo tiene un final, y dejé de llorar, dejé de beber, y empecé a dormir y comer como la gente decente, y supe que no importaba cuanto doliera o cuanto durara el dolor, la vida seguía y aunque en ese momento no le hallara sentido algún día lo encontraría y sería mejor estar en buenas condiciones para enfrentar lo que viniera, y empecé a hacer planes, a tomar decisiones, a dejar de torturar a las personas con el mismo drama de siempre, y a dejar de torturarme a mi, y entendí que no fue mi culpa, y aunque aún me quedan muchas interrogantes, sé que se resolverán a su tiempo, y aunque haya sufrido lo indecible en algún tiempo tengo el consuelo de que valió la pena, y de que hice todo por que saliera bien, a pesar de todas las heridas que ahora traigo, de las cicatrices que se están formando apenas cerrando sentimientos que hace días aún permanecían abiertos, a pesar de tantos días deseando que no volviera a amanecer me quedó el consuelo de que en mí no quedó, de que esta vez hice hasta lo imposible, quise hasta donde pude, amé, después de eso ya no podía querer más, hice todo lo que pude para que se quedara, después de eso no sé hacer más y me dolió hasta que ya no pude y ya no quiero hacer más, me dolió hasta que se me durmió, como cuando te congelas de frío y dejas de sentir, y ahora sigue doliendo pero ya no lo siento.
Cada quien tiene que aprender a cargar a sus muertos.

Me costó un mes de tiempo, 10 litros de lágrimas, 5 de alcohol, 7 días de ayuno, 8 noches de insomnio, 32 horas en el piano, 40 frente a la pared, una caja de recuerdos, 60 canciones melancólicas, 2 fiestas dramáticas, 22 horas de plática-terapia a cargo del equipo de psiquiatras llamado Mejores Amigos, 5 escritos no publicados, 1 grabación no entregada, 11 golpes a la pared, 1 berrinche cuyos muertos fueron latas, vasos, almohadas, plumas, encendedores y el cigarro que me dejaron para olvidar, 4 gritos ahogados, unos 101 suspiros, 19 días y aún me faltan 471 noches.
¿Me costó?, JA! Si me costó, pero salí, uno sale, no sé si el 24 de diciembre después de los abrazos me caeré de nuevo, no sé si me mantendré firme de aquí al 2010, pero al menos hoy sé que estoy bien, es como salir de alcohólicos anónimos, “Sólo por hoy” y conformista o no, con eso me basta.
¿Por qué escribirlo?, ¿Por qué contarlo?, porque fue bueno mientras duró, porque me lo merezco, porque es mi mejor manera de desahogarme, porque no me da pena aceptar que me dolió hasta los huesos, que la música de la radio rasguñaba como sólo es capaz de herir un mal recuerdo, no notaba el corazón, solo el dolor estaba allí, el resto había dejado de pertenecerme. Ahora salvo algunas lamentaciones, unas quejas, la calma que no la tranquilidad volvió a mí.
Hoy aunque me cueste, respiro libre, la vida sigue, y voy a estar aquí, enfrentándola día a día, con las ganas del mundo, aunque no esté.

miércoles, diciembre 21, 2005

1, 2, 3 probando, ¿Podemos?

Otra vez apareciste, me pasé la noche pensando en mil cosas y mil personas que no tienen nada que ver contigo pero te metiste en mis sueños, como un usurpador de mi tranquilidad me dijiste tantas cosas, y volví a ver tus ojos que solo reflejan lo que soy. Cuando desperté ya te extrañaba, por un segundo ni siquiera supe donde estaba, me sentí perdida, porque ya no estabas aquí, ya no estabas conmigo.
En mi cabeza era como si no hubiera pasado el tiempo, fue como borrar todo ese espacio donde no estuviste y pegar este momento justo después del último en el que estuvimos los dos, pero por la mañana no había ni tiempo ni espacio, sólo vacío.
Nunca me había preguntado para que me fui, y hoy es la única pregunta que ronda mi cabeza. Tú me apoyaste, tú sabías que quería irme y me ayudaste a realizar el sueño, sin ti no hubiera podido hacerlo y hoy sólo me pregunto ¿para que carajo me fui?.
Año y medio sin ti, 10 meses sin saber de ti, dónde estás, si estás vivo, la inminente duda de si estás con alguien, 10 meses cargando nuestros recuerdos porque no somos más que eso y bastan 2 segundos para que me rompas el esquema, sin siquiera estar aquí, es como si tuvieras poderes sobrenaturales, un embrujo sobre mi, no sé, es algo muy extraño que en su justo momento es genial pero en momentos como este quisiera que no existiera.
Aún no se me olvida nuestro reencuentro, esa escena peliculesca en la que me despedí de ti y 10 min. después estabas tras de mi puerta, preguntando por tu taladro, fue cómico, y después de una mirada terminaste quedándote aquí, y hablamos, y lloramos y dijimos la verdad, y descubrimos que no había mejor lugar que los brazos del otro como refugio y nos quedamos ahí, y nos fue tan bien… y me fui.
¿Y qué ahora? Al parecer preguntas como esta rondan la mente de muchas personas hoy en día, con eso de que es la época de braking ups y being together a la vez, uno ya no sabe ni donde pararse. ¿Y que hago ahora? He dejado pasar mucho tiempo, por cobarde no hay más, porque de pronto perdí la perspectiva, ¿Se habrán enfriado las cosas?, ¿Porqué no me contestas las llamadas?, ¿Porqué sigo pensando en ti después de tanto tiempo?, ¿Por qué se me junta un brake con el sueño de un come back?, ¿Por qué no me puedo concentrar en el presente?, ¿Por qué no puedo vivir mi duelo de un rompimiento y en vez de eso pienso en donde estarás? Y si vas a volver…
Tengo regalos tuyos desde la navidad pasada, tengo una carta que dice lo que sentía hace un año y leyendo me doy cuenta que sigo igual, debí haberte buscado, debí haber corrido hacia ti, debí haber hecho lo que me dijeron, debí haberte perseguido donde fuera que estuvieras, pero no lo hice, debí haberme quedado, tanto tiempo buscando la persona ideal y me largué, tanto tiempo tratando de encontrarla lejos de aquí y apareció, y me dejó, y ahora solo pienso en ti, y en que muchas cosas no debieron haber pasado.
Y por un lado quiero dedicar una canción que diga “suelta mi mano” y por otro lado imagino que me la dedicas tú, y no me gusta, y quiero cantarte que “voy a pedirte que no vuelvas más” y no quiero pensar que tú me lo dijeras, no quiero pensar, simplemente no quiero pensar ya nada.
Dos personas en este mundo por las que daría la vida, solo dos, una me mandó al diablo hace un mes y a ti te dejé ir al irme yo, qué voy a hacer, qué carajo voy a hacer.
Ni pa’ Dios ni pa’ el Diablo, a veces de verdad creo que yo no nací para esto, y qué hago ahora si ya sucedió.

Cuanto vacío hay en esta habitación, tanta pasión colgada en la pared…

martes, diciembre 20, 2005

Oh bella juventud

Ah veamos, nunca, nunca, nunca me he preocupado por la edad que tengo, tampoco nunca alguien se ha preocupado por ella, digamos que a nadie le importa, eso suena mal, quiero decir que nunca me ha afectado, ni ser pequeña o grande o X según la situación, nadie más grande que yo considera que soy idiota, nadie más chico que yo considera que soy amarguetas y nadie de mi edad considera que estoy fuera de lugar, so, estoy bien donde debo estar, disfruto las cosas como vienen y trato de vivir al día, sigo, el pasado ya se fue, el futuro ya vendrá y pues el chiste es vivir el hoy al máximo, cierto? bueno, al menos así lo hago yo y me funciona.
Dentro de toda esta tranquilidad no podía más que aparecer algo que me puso a pensar en mi edad, en esas preguntas nerviosas de los veintes: ¿qué estoy haciendo de mi vida?, ¿qué he hecho antes?, ¿qué voy a hacer?, etc. Bueno, por un momento un frágil y sutil momento me sentí perdida, pues armé un plan de vida que me fue arrebatado sin ninguna explicación y sin previo aviso y cuando creí que a mi existencia se la estaba llevando el carajo, descubrí que me hallaba otra vez en ese fantástico lugar donde me he mantenido hasta ahora: la adorable juventud. Que implica decidir lo que te de la gana sin la premura del tiempo y con la posibilidad de enmendar cualquier error, de hecho creo que esto se puede hacer en cualquier momento, pero creo que a esta edad la preocupación por regarla es mucho menor.
Bueno pues, soy una persona común, en muchos sentidos me parezco a Homero Simpson, me gusta la cerveza, los deportes y el tocino, me gusta tener muchos amigos y gracias a Dios los tengo, me gusta viajar, la música, soy fan del super Barça, me esfuerzo por las cosas que quiero, me hacen feliz cosas sencillas, como un bote de palomitas, un montón de cerezas, un café con crema batida, una larga y buena platica sobre nada en particular, soy de esas personas que se rien de si mismas frente al espejo, soy muy vanidosa y mi ego no cabe en el mismo lugar que yo, soy impaciente y a veces muy necia, me gusta salir por las noches, bailar, beber, echar desmadre con el mundo y llegar exhausta a dormir a mi casa en mi muy cómodo y enorme sofacama, y de mi vida... puedo decir que es muy buena, acabo de terminar la carrera, hice estudios en el extranjero, me acaban de ofrecer un puesto increible en una gran compañía y otro puesto genial en una compañía X donde me pagan más! jejeje, cuestión de decidir. Me compré un piano gracias al esfuerzo de mis ahorros, voy a comprarme un auto en enero, bueno... probablemente lo haga hasta febrero depende de las negociaciones, contra mis principios he sacado una tarjeta de crédito ya que es necesario empezar un historial crediticio si quiero comprarme una casa algún día, voy a mudarme con un amigo en Marzo, (ya tenía el departamento sólo tuve que cambiar el compañero) y... lo mejor, ya tengo fecha para regresar a Barcelona, le voy a tener que echar muchas ganas en el verano ya que hice la estupidez de volar una materia en el último semestre pero sé que lo lograré, me voy con alguien (aunque vivirá en otra provincia), eso es bueno y tengo casa, eso es mejor, por fin cumpliré mi sueño de vivir en la playa, bueno, al menos muy muy cerca. Mi familia me apoya, mis amigos siguen prometiendo falsamente irme a ver algún día y yo, estoy feliz.
Mmmh, ya me desvié un poco del tema, con esto quiero decir que tengo controlado mi presente y mi futuro a corto plazo que parece ser excelente, sé perfectamente quien soy, me gusta lo que soy, y estoy dispuesta a cambiar las cosas negativas.
Ahora mi futuro a largo plazo, va sonar un poco fuerte pero... ME VALE MADRE, seguro que las cosas me saldrán bien, siempre me salen bien, porque me esfuerzo por ellas, no sé que quiera, no sé si quiero dedicarme toda la vida a armar planes de marketing detrás de una computadora, si quiero tomar un curso de primero auxilios y unirme a médicos sin fronteras, si quiero vagabundear por el mundo y trabajar seis meses contra otros seis de vacaciones, no sé si quiero vivir siempre en el mismo lugar o mudarme cada dos años, podría dedicarme a dar clases de piano y ganar mucho dinero sin preocupaciones de jefes y horarios, viajar, dar conciertos, unirme a la campaña de un pólitico o a la publicidad de un artista conceptual, comprar un rancho y tener un caballo que se llame Alfalfa, o casarme con un piloto aviador que nunca está y unirme al club de bridge, o mudarme con un rockero y ser tecladista de una banda underground, o tal vez casarme con un amo de casa mandilón, tener cuatro hijos y dedicarme solo a la casa... jajaja, todo puede pasar, o comprar una hacienda tequilera en provincia, tener mi perro Chopin con su barril de cerveza y su entrenamiento para que me lleve arrastrando a mi cuarto, jejeje, un porsche para usar en carretera y una Xtrail para llevar al equipo infantil de basketball que entreno los sábados, dedicarme a los bienes raices, trabajar leyendo cartas en el mercado de sonora, hacer labores altruistas en África, wow, hay tantas opciones que no sé que haré, no lo sé y lo mejor, lo más genial de esto es que no me importa, tengo tiempo para decidir, no lo quiero decidir ahora, no tengo porque hacerlo, está bien vivir al día, tengo un plan para los próximos seis meses y eso es suficiente, no me voy a comer la cabeza a los 23 por ver que voy hacer a los 30, no, no, no, adelantarse al futuro es adelantarse a la vida y uno se pierde de tantas cosas por pensar, no hay nada mejor que la sorpresa y la espontaneidad, claro, hay que ser inteligentes y tener un back up, un plan B, lo que no hay que tener son límites, hay tanto por delante... bueno, soy feliz, soy feliz al tener tantas opciones y no saber cual escoger, y sé que en cualquiera que escoja me irá bien, la parte difícil está en encontrar a alguien que esté de acuerdo con este estilo de vida, que no te juzgue por tus planes ni por lo que piensas simplemente que quiera estar ahí porque tú estás, es bien difícil, no todo mundo es capaz de vivir así, sin saber nada, arriesgándose todo el tiempo, arriesgándose por ti, manteniéndose en movimiento sin saber donde amanecerá mañana ni que tan lejos estará de lo que conoce, pero valiéndole madre porque estás tú... confío en que aparecerá, digo, no somos hermitaños para andar solos por el mundo, y si no aparece seguiré saltando de ser en ser, total, al menos es divertido.
Estoy completa y feliz, estoy donde quiero estar y como quiero estar, sé adonde ir cuando me quiera ir y sé que el límite es el cielo, la vida es bella espero que no se me olvide, como me dijo Carlos: nada más no pierdas la perspectiva. Y ser pequeño, ser joven, ser un "chavito" como algunos suelen llamarnos es ideal. Y envidiable verdad? Yuhu! respirad profundo hermanos porque ALLÁ VOY!