lunes, febrero 14, 2005

Sopecitos!!!

Bajo un contexto diferente, escirbir acerca de una cena cuyos protagonistas fueron los sopes no tendría sentido, pero tomando en cuenta que me encutro en un lugar donde no conocen los frijoles, las tortillas y el chile, vale la pena hacer al menos mención de una de las mejores cenas acontecidas en la capital de la madre patria.
El corte inglés ha hecho en Febrero "La semana Mexicana", que realemente no dura una semana sino hasta que se acabe el mes. Con este motivo se encuentra promocionando sus distintas superficies productos mexicanos que incluyen, cerveza, gran variedad de chiles (enlatados), jugos del valle, jumex, dulces, harina de maíz y nixtamal. Entre otras cosas hay mantas, vestidos, cobertores, ponchos y artículos de decoración.
Pues con motivo de la despedida de una amiga que ya vuelve pa' México, deicdimos hacer una cena mexicana en mi bello hogar y la idea final fue: sopecitos.
Así como en antaño, cual si un departamento fuera un rancho o una hacienda hicimos un comal improvisado, preparamos la masa, rallamos lechuga, queso, compramos varias salsas, e hicimos unos frijolitos de lata. Yo en lo personal compré una cerveza de cada una de las que encontré, 1 corona, 1 XX lagger, 1 negra modelo, 1 tecate, faltó la indio y la pacífico pero al parecer se habían terminado. Así bebiendo las distintas chelas, organizando una guerra de bolas de masa y quemando uno que otro utencilio de cocina logramos preparar una montaña de sopes a ser devorados por chicos mexicanos, franceses y españoles.
Sin necesidad de hacer mucho incapié, la cena fue todo un éxito, un sopecito recién hecho bañado en salsa de chile de árbol me hizo sentir ya como en casa, ya como el cielo en la tierra. A pesar de haberse quejado del aspecto del sope ya terminado con su lechuga, su quesito y todas las monerías y de opinar que los frijoles parecían comida para gatos a los extranjeros, quiero decir, los que no eran mexicanos les pareció tan delicioso que se reventaron de 5 a 6 sopes en adelante terminando que no se podían parar de la mesa, por supuesto los demás estábamos igual, yo perdí la cuenta en el #4 pero creo que aún pude comer 2 o 3 más.
Que felicidad poder traer un pedacito de todo aquello que extrañas aunque sea por un instante y compartirlo con todas esas personas que además de estar igual que tú, tenían esa misma expresión se deleite surrealista, que bueno poder hacerlo uno mismo, buscarse la vida, encontrar un espacio que nadie tocará ni robará, que bonito. Y todo producto de una comida que durante tantos años has tenido en la esquina de tu casa.
La próxima semana haremos cochinita y yo tengo que ir por unos elotes para preparar mi vicio: los esquites.
Espero que no sólo los sopes si no esos momentos de felicidad instantánea, de risas, de cosas buenas que te hacen olvidar las malas de una manera tan sencilla, se repitan tantas veces como el cuerpo aguante y que sigamos compartiendolo como amigos y demás menesteres en que nos hemos convertido.
A toda la banda Madrid gracias. Nelly, Farolillo, Lau, Ana, Mariné, Selu; esa cena no tuvo precio.

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