lunes, enero 28, 2008

Hablemos de pendejadas

¿Porque será tan bueno hablar de pendejadas? Es divertido, te desahoga, es entretenido, te hace reir, te explaya no sé, hablar de cosas interesantes, importantes o trascendentes también es padre, pero generalmente terminan en polémica y no siempre hay mood para discutir. Y si hay mala suerte de que los parlantes sean gente estúpida, de esas que hablan sin saber, pues menos.

El caso es que es padre hablar de pendejadas, de sendas idioteces tipo todas las maneras en que se puede vomitar y como en ciertas ocasiones es realmente peligroso. Recuerdo que una vez mi hermano y yo fuimos a una fiesta malísima, de esas que no sabes que haces ahí pero tampoco tienes algo mejor que hacer como para irte. Nos sentamos en la alfombra, cerca de la puerta y entre trago y trago de aquella bebida extraña de vodka con café nos pusimos a platicar de todos y absolutamente todos los pormenores escatológicos que suceden al enfermarte del estómago. Teníamos una risa que nos hacía llorar, y de cuando en cuando expresiones de dolor o de asco inevitable dibujaban nuestras caras. A veces, realmente parecía que estábamos hablando científicamente.

Poco a poco la gente se fue pasando del sillón al suelo, abandonaban sus banquitos y formaban parte en un círculo que cada vez se hacía más grande. Lo más impresionante es que cada vez que un nuevo miembro se iniciaba en nuestro anecdotario intestinal, tenía algo nuevo que contar, algo que a nadie le había pasado y a veces la experiencia ajena incluso asustaba.

Debieron dar las 5:30 o 6:00 en época veraniega porque el amanecer nos sorprendió en pleno debate acerca del estreñimiento. Solo el sueño y el hambre pudieron interrumpir tan interesante plática y mandar a cada quien a su casa.

Semanas después recordábamos aquella fiesta horrible que se puso divertidísima gracias a un tema que en propiedad - o sociedad, como sea - simplemente no se toca. Alguna vez volvimos a ese departamento y otra vez aburridísimos mientras nos veíamos las caras como diciendo: ¿y ahora que?, alguien, una chica sino mal recuerdo dijo: "¿Y si hablamos de mocos?" y hablamos. Y fue otra buena fiesta que terminó a las 11:00am del siguiente día.

No hay comentarios.: