lunes, diciembre 18, 2006

Esta vida

"La vida da muchas vueltas" cuantas veces he escuchado decir eso, lo he leído, lo he visto, lo sé.

Que Felipe promete, no sabemos qué ni para qué ni si lo cumplirá pero promete.
Que ya no se sabe nada del Peje.
Que el Barça pierde el Mundial de Clubes.
Que el América no pinta nada. (obviamente)
Que Hugo se sube a la selección Mexicana
Que no le hablamos a Javier porque no fue a la posada de la oficina.
Que nadie a comprado los chones del intercambio.
Que en Navidad seremos pocos y más pocos.
Que Telcel regala mensajes y tiempo aire si le mandas un mensaje a 1,000,584,123 contactos.
Que no puedo bajar música a mi celular.
Que mi conexión inalámbrica sirve menos que la línea telefónica a 56Kbps.
Que Bush sueña con bombas que hacen sus hijos, reciben sus primos y pagan sus hermanos.
Que hace mucho no veo a mi hermano.
Que... en fin, muchas cosas.

Para deprimirse en la vida hay una pasada de cosas en el mundo, para alegrarse también. El eterno equilibrio de lo bueno y lo malo, del no tener para saber qué se tiene, siempre será así.

Hace unos días que había estado pensando: "a mi no me pasa nada extraordinario", ninguna sorpresa digo, ningún detalle que haga un día diferente a los demás, ya sea bueno o malo. Y me di cuenta que quizás si abriera un poco mi percepción pesimista y aburrida vería que de entre el mundo de personas que somos, a mí me pasan cosas extraordinarias.

Como la única rosa que dieron en la comida de fin de año.
Como la llamada inesperada de la cena de Navidad.
Como el baile del 9 de Diciembre y la chava que conocí.
Como la desaparición de los lentes que me gustaban.
Como la noche del cumple de Viviana, tan poco probable y... vaya noche.
Como el encuentro con días y días de mi tan amado pozole.
Como la aventura que implica conseguir un mariachi y esa plática que quedó pendiente.
Como la voz detrás del teléfono, cuantas cosas oculta...
Como la llamada que hace años AÑOS no venía y vino.
Como ese momento en particular que me hizo ver, que al fin lo intenté todo y no hay más.

Soy una persona afortunada, ya lo he dicho antes, pero a veces lo olvido, y escribo esto para no volverlo a olvidar.

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