martes, diciembre 26, 2006

La ausencia de Romeo



Una vez en España me dijeron "la verdad te hará libre" y yo lo pensé mucho tiempo, quizás demasiado y no me hizo libre, sólo me estresó. Dicen que las relaciones se basan en la fidelidad, la sinceridad, la comunicación y el amor. El orden jerárquico no lo sé, cada quien lo pone como mejor le convenga, yo por lo vivido pondría primero al amor y por lo aprendido lo pondría al final, como un plus.

He pasado 8 años de mi vida, de los 16 a los 24 que tengo pensando en una sola cosa: MFO. No han sido ininterrumpidos pero sí constantes. Año con año yo iba y venía, pensaba y dejaba de pensar, quería y dejaba de querer, mes a mes me hacía mil preguntas acerca del bien y el mal, de lo correcto y lo incorrecto de las diferencias de ideas y hasta de edad, día a día luchaba con 4 personas Yo, M, y nuestros respectivos "otros yo" internos. Debatí con mis demonios y los suyos, a veces dejé de luchar, a veces volví con más fuerza, con más ganas, a veces nada más me fui.

Año con año mi amor crecía directamente proporcional a mi miedo, l quería más y me daba más miedo perderl, mientras pasaban los años y "crecía" confiaba más en mi, en mi vida en mis ideas, iba asentando mis opciones, decidiendo mi futuro y seguía centrándose en M. lo intenté 1 y mil veces, las mismas que lo dejé de intentar, las mismas que dije que no volvería, las mismas que por su bien, que instando a su felicidad hice todo por largarme y no volver, por no estar siempre en medio. Yo siempre podía aparecer con una sonrissa y cambiarlo todo, tal vez no siempre funcionó, pero sabía que decir y cuando decirlo, era un don, quizás del destino, quizás de la casualidad pero un don. Sabía que podía llegar en cualquier momento y hacerl volver a mi vida, ¿muy segura? no, lo que pasa es que sabía cómo convencerl y que no podría resistir mi mirada. Pero nunca lo hice, jamás me atreví a volver y pedirle que volviera, ¿para que?, a una persona que amas no se le convence de venir contigo, lo debe de querer ella, lo debe de sentir, es más, no la tienes que buscar, viene. No podía pasarme la vida componiendo argumentos para convencerl de que se quedara, de que estaba bien, de que no se iba a ir al infierno por esto. No tenía sentido, a mi las cosas a fuerza no me van. Jamás lo intenté, todas las veces que terminamos, habrán sido 3 o 4 nunca intenté persuadirl, soy mercadólogo, a la gente se le persuade para que haga lo que uno quiere, las cosas de amor, no se hacen así.
Siempre he pregonado del derecho a ser libre, a hacer lo que uno quiera sin fastidiar a los demás, jamás iba a forzar a la persona más importante en mi vida a que hiciera algo, al contrario, muy al contrario, me habría cortado un brazo si me lo hubiese pedido, si me hubiera dicho que con eso era feliz.

Sólo una vez regresé, sólo una vez me paré frente a frente con el aire del "tómame o déjame" y me dijeron que esperara, y esperé, esperé mucho tiempo hasta que alguien me preguntó ¿que estás esperando? y me di cuenta que hace mucho que ya no estaba esperando nada porque sabía que no volvería. Y ese mismo alguien me enseñó otra vida, otro mundo, me hizo ver que después de todo uno se puede levantar y volver al camino, y yo volví a querer y más que eso, y fui feliz, después de 6 años fui feliz otra vez, y lo dejé ir, con toda la convicción del mundo lo dejé ir por lo que yo creía que valía la pena. Ahora son dos años después, 2 años en el que el séptimo me sentí como "el cielo en la tierra", después de tanto tiempo, tantos desmadres y tan poco esfuerzo volvió, estuve de nuevo con el amor de mi vida, con M. Y se terminó, como debía de ser, como ahora pienso, que estaba escrito. Crónica de una muerte anunciada me decían mis amigos, y yo lo que escuchaba era: eres la persona más afortunada de la tierra, eso escuchaba.
Y entonces sin más rodeos así fue:
Febrero de 1999, cuando tenía 16 años me enamoré del herman de mi mejor amiga, amaba sus ojos, su cabello y su voz, no entendía porqué y no lo justificaba pero con el tiempo mi necesidad de l crecía en cantidades sorprendentes y sin darme cuenta estaba haciendo todo para que estuviera conmigo en otro terreno hasta que lo logré. Y fui feliz, y conocí el amor por primera vez y me sentí como cuando sueñas que vuelas, libre y con el mundo en mis manos.
Luego, en Noviembre del 2000 l dejé, sí, sí l quería, con toda el alma pero me ganó el miedo al compromiso y a que mis padres me mandaran al psiquiatra.
Junio del 2001 regresamos, eramos la pareja perfecta, envidiable, perdí la cuenta de cuantas personas me dijeron que darían la vida por tener la mitad del amor que nos teníamos, que irradiábamos.
Diciembre de 2001, me puso el cuerno hasta las últimas y a mi me ganó el orgullo. También me ganó el desmadre, porque de algún modo no compartía mi vida, mis planes con l, pretendía llevar una doble vida, la de nosotros y la de afuera, donde tenía un novio deportista, unos amigos fabulosos y esa maldita normalidad socialitaria con la que te machacan día tras día.

No nos hablamos en 2 años.

Mayo del 2003 me fui a Canadá, tuvimos un encuentro lindo, en un evento de publicidad y platicamos y nos despedimos y nos dijimos adiós. Y regresé. Me fui con la idea de no volver y regresé de Canadá por l, y hablamos, y nos confesamos que nos seguíamos queriendo igual y no pasó nada, l ya estaba bien, ya era feliz sin mí. Y seguí pensando en l pero pasamos otro año sin hablarnos.
Otra vez, en Mayo de 2004 me habló, y empezamos a hablar, a deliberar, a debatir, yo me iba a España y le dije que se viniera conmigo, y lo pensó y lo repensó pero otra vez me dejó esperando y así, sin respuesta alguna más que la de encontrarl en su casa con la compañía de siempre me fui. Me fui a hacer mi vida, lejos, sin l, sin sus cosas, sin su amor y sin el mío, me fui otra vez para no volver y fraguando la distancia del oceano volvimos, y en una relación virtual en la que yo confiaba establecimos un futuro y volví, otra vez volví por l, para hacer las cosas bien, porque ya no aguantaba estar lejos porque creí que me necesitaba.

Así que, no es cierto, no es cierto que tenía compromisos escolares, no es cierto que no los podía resolver en Madrid, no es cierto que tenía que tramitar el título en México, no es cierto que necesitaba el título de aquí para trabajar allá, no es cierto. Volví porque creí que si no volvía se iría, que no aguantaríamos la distancia y volví pensando que México o cualquier parte del mundo sería genial si estaba l. Ya sé que soy una idiota pero para mi valía la pena. Es más, valió la pena.

No es cierto que David desapareció y que jamás nos volvimos a ver, lo busqué, lo vi y con el corazon en la mano le dije que lo sentía, que sabía que no tenía madre, que después de esperarme tanto tiempo hacerle esto era una grosería, pero estaba con alguien más y l quería, y el sabía que l quería y sabía quien era y me mandó con l a ser feliz, que era lo único que él quería para mí.

No es cierto que Tona también desapareció y que no tengo idea de que fue de él, lo que pasó es que no aguanté estar con alguien más, que no quería otras manos, ni otra boca, ni otra voz, que no quería otros besos, ni aguanté que alguien más se sentara en mi sillón a ver Los Simpson, me dolía, sentía que me traicionaba, que estaba haciendo las cosas mal. Y decidí no estar con nadie.

Y finalmente M se volvió como los muertos que no dejas ir.

l era mi felicidad, mi persona ideal, mi mundo, mi amor, mis locuras, mi perezozo, sin l... yo había perdido hasta los zapatos.

Me equivoqué, y feo, también es cierto que en ese momento no podía hacer otra cosa, l amaba, habría cruzado 3 continentes antes de arriesgarme a perderl. Eso es lo que uno hace cuando está enamorado. Digo yo.

8 años... fuck! 8 años de mi vida invertidos en nada, invertidos en un amor que una de las partes está haciendo todo lo humanamente posible por borrar, 8 años buscando algo que quizás en el fondo sabía que no resultaría, pero l amaba, jeje, me costaba respirar sin l.

8 años y todavía respiro, y ya no me cuesta. A los 8 años se me acabó el amor, se fue hasta la última gota de sangre que me unía a una persona que yo creía genial, quizás lo sea, pero no para mí. Ya no para mí. Se me acabaron los recuerdos, el ir y venir de sentimientos, mi alma descansa porque es mía otra vez, mi corazón descansa porque ya no se acelera ni se detiene, no con eso. Y mi espíritu vuelve a vagar libre y dispuesto, totalmente dispuesto a encontrar a esa persona que es el amor de mi vida porque ahora sé que l, definitivamente no lo era.

Dios, nunca pensé que me pudiera equivocar tan feo. Pero... aunque l haga rabiar, fue bueno mientras duró. Jejeje, y bien bueno que estuvo, aunque le cueste aceptarlo.

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