martes, octubre 31, 2006

Vamos Mejorando

Y mejoramos, aunque mi cuerpo se niegue a creerlo y aún me torturé con vacíos inevitables vamos mejorando.

El fin de semana me fui a Oaxtepec con el enano, allí platicamos de tantas cosas, todos, y era inevitable que saliera la pregunta de: ¿y que onda con eso? o ¿cómo vas?.

Por primera vez sonreí, les dije que estaba mejorando, no sé si me duele o no, sólo sé que ya no me molesta tanto. Les dije que mi primer logro era que antes, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, a pesar de todo lo que ha hecho hubiera regresado sin pensarlo, sin preguntar, sin analisar si tendría futuro o no, sólo tendría que haber dicho "mi alma" y yo hubiera dicho "sí, acepto". Pero ahora no, ¡ahora no!, como que lo entendí, lo asimilé y sí, la verdad es que derrapo y muero por dicha persona, y sí la adoro y la quiero con toda el alma pero no, no regresaría, ya no, ahora necesito tiempo, y no para pensar las cosas, sino para olvidar, para que se vaya poco a poco de mi sistema.

Ese mismo fin, ya en la madrugada y con mucho pero mucho alcohol encima hice un berrinche. Al salir a recoger a un amigo e ir por más alcohol escuché "mi disco" en su auto, (no fue, pero su hermana llevaba su auto), y de regreso en la jarra grité como 100 veces que era "mi disco", una mezcla que yo le grabé, y por alguna razón hice el berrinche como si no tuviera derecho a llevar ese disco en su auto, como si por haberme dejado tuviera que desaparecer todo lo mío, no sé, fue muy extraño, quizás sólo hice el pancho para hacer notar que llevaba mi disco en su coche, que tal vez era un indicio de que aún piensa en mi y eso me alegraba, pero no quería que nadie me molestara por ello. Jajaja, fue como un orgullo escondido, como siempre los secretos. De hecho Mariné fue la que me hizo entrar en razón.

La noche pasó sin pena ni gloria, me tiré en la cancha de tennis a ver las estrellas y en menos de 3 segundos ya estaba rodeada de todos los borrachos que andábamos ahí... cortando rábanos, jeje.

Y ahí la mejora, sé que todavía permanece muy, pero muy, demasiado enganchado a mi corazón, sé que a pesar de todo sigue siendo el amor de mi vida, sé que todavía falta bastante tiempo para superarlo pero ya me atrevo a decir que no y me atrevo no por valiente sino porque sé que al fin tiene sentido rechazar la oferta y estoy segura por primera vez de que no me arrepentiría si se presentara la situación. Que de todos modos es totalmente improbable.

Y lo haría por mi, diría que no sonriendo y sabiendo que es lo mejor para mi, no por orgullo ni por venganza, ni por aplicar la de: "esta vez soy yo la que no quiere", para nada, de verdad que me negaría porque comprendí que es lo óptimo, lo correcto, lo que está bien. Para mi.

Y ahora deseo con toda el alma que sea feliz, para que no regrese, para que no me busque, para que nunca se pregunte que hubiera sido si se quedaba conmigo. Por todo lo que no le di, espero que lo consiga afuera, con otro alguien, con el alguien con quien está o con quien venga. Que sea feliz, completamente, como si no supiera lo que es vivir hasta que conozca a "X" o "Y", que sea tan feliz como yo lo fui mientras duró. Porque además eso es justo lo que yo voy a hacer, en unos años, cuando el hechizo de sus ojos por fin pierda su efecto.

No hay comentarios.: