jueves, octubre 12, 2006

Carpintero 20030

Alguna vez, al menos una en la vida hemos pensado en nuestro futuro, ya sea individual o colectivo. Pensamos dónde estaremos, con quien, dónde viviremos, cómo y de que manera. A veces, si nos vamos más lejos, más a largo plazo pensamos en que haremos a la hora del retiro, qué nos gustaría hacer cuando se acabe esa etapa de trabajar en lo que estudiamos, o incluso, - no sé si los demás pero yo sí - hemos pensado alguna vez en qué haríamos si la vida fuera diferente, si en vez de universidades y oficinas hubiera oficios y todo mundo se dedicara al negocio de su oficio, o bien, que haríamos si olvidándonos del dinero y lo material pudiéramos hacer lo que nos de la gana, excepto tirar la flojera deliberadamente.

He aquí mi sueño:

Quisiera ser como una descendiente de Jesús, sí, me gustaría ser carpintero. ¿Vieron la peli "Diarios de una Pasión"?, eso me gustaría. Tener una casa en las afueras, con un gran jardín, me gustaría construirla yo, de madera, clavar tabla por tabla, hacer mueble por mueble, pintarla, decorarla, hacerla mía. Siempre he tenido ese sentido de la pertenencia, si tú lo haces o bien lo consigues por propia mano y cuenta, es tuyo, sino sólo una parte de ello te pertenece.

Yo quisiera tener mi taller de carpintería al lado de mi casa, despertarme temprano cada día, tomar mi café e instalerme en el taller. Con un lapiz en la oreja, una playera toda blanca y unos jeans poco ajustados, trabajar al ritmo de una buena cumbiacha. Hacer sillas, mesas, muebles para regalar, arreglar los muebles de mi casa, crear regalos para los amigos, la familia, hacer marcos para las fotos de pareja, de los hijos, de los nietos...

Hacer un librero para albergar una de mis pasiones e inculcársela a Dieguito, mi primogénito, que para entonces será Diegote pero da igual. Enseñarle a los escuincles de la familia el mismo oficio, descansar un rato con mi guitarra mientras mi esposo me llama para comer (pq el hace la comida). Tener mi libreta de notas, medidas, un metro colgado al cinturón, la escalera para reparar el techo en época de lluvia y una caja de herramientas para reparar las bicicletas de los niños vecinos y hacer (si es q siguen siendo inocentes) el famoso go-kart casero que compite en la feria del pueblo. No, no hablo de México.

Si se puede, viviría cerca muy cerca de un lago, y haría mi barquito y mis remos a pesar del miedo que me da el agua, y otra vez, descansaría en la balsa con un periódico sobre la cara hasta que me llamen a comer, o a cenar. Entre las cosas que quiero, aprendería a pescar.

Ser carpintero, ese es el oficio de mis sueños, trabajar con madera, con componentes naturales, crear esas cosas que tengo guardadas en la imaginación, crear, no comprar.

Tener mi espacio libre, solo, auténtico. Mi música, el esfuerzo físico, los resultados a la vista, al tacto, mi desorden o mi orden según sea el día, la ropa llena de acerrín (como mi cabeza), las manos sucias de trabajar en la sierra, de lijar, de taladrar, los botes de chela olvidados bajo la mesa de trabajo...

Ser carpintero, realmente me haría muy feliz. Sencillo y bonito, un oficio que además es útil para los demás, a mi eso de la oficina, no se me da.

1 comentario:

Diego Herrera dijo...

Justo ayer comentaba contigo acerca de que me gustaría hacer muebles, hablabamos de decorar y ¡exacto! de apropiarse del espacio y volverlo tuyo. Hemos hablado de hacer las cosas que le gustan a uno con toda la pasión del corazón y de dejarse llevar por los sueños.

Te he leido desordenadamente durante días pero no había llegado a está parte de Tu Historia hasta hoy... y una vez más me he sorprendido por las agradables coincidencias o al ver algunos de mis imaginados escenarios reflejados en tus letras.

Dime niña de endemoniadamente bellos ojos, ¿Ya nos conociamos? ¿Me habías contado tus sueños en algún otro lado o fuí yo quién te contó parte de los míos?

¿Sabes? Me gustaría estar ahí y ser participe de tu sueño. Me gustaría pescar contigo, cocinar mientras limpias tus mejillas del polvo de aserrín, llamarte a cenar y disfrutar contigo de tu charla y un poco de vino...