viernes, octubre 20, 2006

Momentos

Es interesante ver como la vida te confronta, a ti, entre ti, por ti, solo.

Me sorprende encontrarme de repente en un día como hoy recordando a alguien con quien pasé 4 días, imaginándolo, atrapándolo en mi mente, extrañándolo, tratando de retener ese momento fugaz en el que se me perdió todo menos él. Y lo intento día a día, no sea que un día despierte y se me haya olvidado.

En cambio, en el mismo día de hoy desperté con ese malestar ridículo, intenso, de tratar de olvidar a alguien y no conseguirlo, alguien con quien pasé 8 años, sin embargo a pesar del tiempo, todo se concentra en el mismo momento fugaz.

Siento que en 4 días viví una vida, una historia, un amor, un adiós y en 8 años sólo un momento fugaz.

Todos los días, no solo desde hace unos meses sino desde hace años, lucho como puedo por olvidar, por olvidar años de risas, miradas, secretos, abrazos, palabras, besos, deseos, planes. Todos los días busco la manera de borrar el futuro que cree en mi cabeza en tantos años, esa vida perfecta que imaginé, que decoré, que construí sin darme cuenta que solo yo la construía, sin nadie más. Lucho por borrar esa alacena donde solamente hace falta una cosa... ese ingrediente que solíamos mencionar.

Todos los días deseo no soñar, que no se me aparezca, que no vuelva a estar conmigo ni en la imaginación, porque cuando pasa, despierto mal, extrañando su cuerpo como loca desquiciada, me duele, me pongo mal, me deprimo, me hace mal, se me baja hasta el azúcar, es un mal.

Todos los días compongo una canción que habla de lo mismo, su nombre me hace llorar, sus fotos, su recuerdo, sus cosas, esas que todavía no me atrevo a tirar, me ponen mal. Mi guitarra, que no tiene nada que ver, me recuerda que le gustaba que le cantara.

Todos los días hablo con algún amigo, buscando el remedio, buscando la cura, leo, subrayo, miro, escucho, nada, no hay respuesta, no hay remedio para mi mal.

Todos los días trato de olvidar un amor, una historia, de borrar mi memoria y hacerlo desaparecer, trato de desvanecer ese momento fugaz que me llevó hasta la locura, que me trajo a este momento en el que ya no entiendo nada, ni espero nada, ni quiero nada.

Y entre todo esto llega él, su sonrisa, sus tennis rojos, su playera de turquía, el almohadaso de aquella mañana, sus comentarios, su manera de entenderme, de excavarme, de hablarme. Lo sentí, fue en ese momento cuando salí de bañarme y no estaba, ahí sentí que me hacía falta, ahí supe que era él.

Cada día trato de que no se me olviden 4 días y de olvidar 8 años, despierto intentando no haberlo olvidado y no recordar, supongo que es mucho para una sola persona, para este cuerpo maltrecho cuyo corazón ya no da.

Y el tercero, el que comenzaba, ya me dijeron que tiene novia, que regresaron, sí, después de todo se iban a casar, él no, no me dijo nada, no me ha dicho nada, y yo, no diré nada, quizás, si quiero, adiós y nada más.

Oportunidades que se van, ilusiones que se rompen, cada día siento que me parezco más al elefante que a mi, o al menos a quien yo solía ser.

1.- Donde quiera que estés, espero volverte a ver y hacer eso con lo que me quede con las ganas.

2.- Donde quiera que estés, espero que seas feliz, alguien tiene que serlo.

3.- Donde quiera que estés, que poca madre.

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