miércoles, enero 26, 2005

Blanca madrugada

Estaba yo a las 3 de la mañana tratando de calmar los traumas existenciales de mi compañera de piso, mientras me caía de sueño y cansancio después de haber tenido el entrenamiento más matador de toda la temporada, en el cual por cierto no di una.
Cuando por fin pude entrar a mi cuarto para irme con Morfeo, una vocecilla - más bien grito - interrumpió el acto de ponerme la pijama -que ya tenía a medio poner-.
Mi roomy gritaba como loca-histérica-desesperada, Vero! ven a ver esto! ven rápido!. Yo pensé, ay no! seguro vio una mancha en la pared y cree que es una aparición de la virgen, o claro, vió un fantasma... me dirigía hacia la puerta cuando mi roomy me jaló del brazo y me llevó hasta la sala, me dijo: "¡ya abrí el balcón, mira!". Me quedé estupefacta, ni siquiera me di cuenta de los -8° que hacían afuera a pesar que estaba en boxers, estaba nevando.
Nos quedamos las dos como idiotas en el balcón, sí, igual que en las películas y programas americanos cuando comienza a nevar y se hace como una pausa en la población, mientras todos por un instante hacen cuenta de que la nieve comienza a caer.
Como todo el mundo que queda fascinado por este hecho natural, estiramos las manos para sentir caer los copos de nieve, intentamos sacar un poco la cabeza para sentirlos en pleno rostro e incluso nos detuvimos a mirar el suelo de nuestro balcón para observar como empezaba a cubrirse de blanco. Todo esto no sin antes haber corrido por: la cámara, una sudadera, una chamarra, pants y un gorro.
Nos quedamos ahí hasta que el frío nos impidió seguir en nuestra blanca película. Una vez dentro de casa sólo pensé: waw, que bonito se siente, es como ver caer helado de limón en pequeñísimos trozos, ¿por que de limón? no sé, me gusta. Pero lo que realmente dije fue: me lleva! mira las huellas de lodo que estamos dejando, y yo que acabo de trapear. Bueno ya ni modo.
En fin, la verdad fue una experiencia magnánime, conocía la nieve de Canadá, hasta cubrirte las rodillas, pero ver caer los copitos y que te queden cubriendo el cabello, el gorro, las manos, la acera de tu casa... eso no me había tocado, y la verdad se sintió muy bien, hasta que se me hizo! llevaba esperando ver nevar desde Barcelona.
Espero los que no conozcan, que un día puedan observar este milagro de la naturaleza, por que la verdad, es para deleitarse. En cristiano ver nevar es PKM.

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