sábado, enero 01, 2005

Futuro

Hoy descubrí que puedo teletransportarme y además viajar en el tiempo. Así como el joven Grenouille, protagonista de “El perfume” podía conservar en su memoria olfativa cada olor que era parte de su vida, fuera malo o bueno, yo he creado -aunque de manera más mundana y con un sentido más común- un sin fin de imágenes que hoy forman mis recuerdos.
Viendo el conjunto de fotos de todos los eventos acontecidos en el último año, descubrí que puedo viajar a mi casa, a esas fiestas tan concurridas de cumpleaños, a los torneos de hockey, aquella inolvidable graduación… sí, puedo ir a donde quiera y estar de nuevo disfrutando esos días del pasado que trajeron tanta felicidad a mi vida en su momento y que lo hacen ahora al recordar.
Esas risas, las clases de baile, los vestidos de noche, los abrazos, las miradas, los besos fugitivos que escapaban como vampiros al salir el sol.
He podido vivir por un instante esa olvidada convivencia de gente que ha quedado ya también en el olvido, y he podido disfrutar de aquellos que aún están, de los que volvieron, de los que se van, y aún sabiendo que al final todo mundo termina por partir, guardé sus imágenes en cada neurona, en cada resquicio del corazón, en las venas y los huesos para que no se pueda borrar más, nunca más. De verdad, que bonito es recordar.
He vuelto a brindar con mis amigos y mi familia, he vuelto a abrazar a esas personas de las que no podía separarme, he vuelto a sentir el beso que robe aquella noche que acabó quitándome el aliento… he vuelto a saber como empezaron las cosas, como terminaron y como continúan, las que lo hacen. He vuelto a ese paraíso que tuve por vida este último año y fui feliz.
Ahora no estoy en ese mundo, pero eso no implica que esté lejos, cada vez que traiga a mi mente una imagen de aquellas guardadas con anterioridad, viviré esos momentos, sentiré el frío o el calor, reconoceré las voces, me veré en sus ojos, estaré de nuevo en ese paraíso y seré feliz.
Mientras tanto buscaré el equilibrio de mi cuerpo y de mi mente para construir un nuevo paraíso que aunque difícil, imposible no será. Y si he de traerlos a todos aquí los traeré, y si es necesario que no duerma tomaré mucho café, si tengo que vender mi alma la dejaré barata (si me lo permite a quien le pertenece), si he de transformarme en otra persona, bajar de peso, subir o volar, lo haré, y antes que todo lo haré sin pensar, que es como mejor me han salido las cosas, sin anteponer el después, el “que pasará” que te jode los planes por el miedo y la incertidumbre. Oh si lo haré, si que lo haré. Y seré feliz otra vez, como antes, como mañana… como ahora.

Hoy desperté y me di cuenta que la persona en que me he convertido no tiene precio.

Farol o no, me siento orgullosa de lo que he caminado, puedo voltear la vista y no pensar en dar marcha atrás, de verdad no tiene precio.

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