martes, septiembre 26, 2006

1,2 viene por ti, 3,4, ya está aquí

Claro hombre se acabó, no es necesario repetirlo tantas veces ya lo había entendido, sólo que seguramente no lo había aceptado, es diferente entender que aceptar, es diferente olvidar que superar, es diferente irse que ausentarse.

Todavía me pregunto (sí, tooodavía) si el ser humano es de verdad capaz de olvidar. No sé bien aquello de las composiciones químicas que provocan las emociones pero por lo poco que sé debe ser complicadísimo.

Vamos a ver, se supone que por medio del sistema nervioso uno reacciona ante ciertas situaciones, eventos, cosas. El cerebro manda una señal que provoca que ciertos órganos segreguen ciertas sustancias que alteran desde nuestros sentidos hasta el sistema sicomotor.

Ahora bien, yo aludo a la complicación de la parte de la memoria, qué demonios puede pasar en el cuerpo para que vayas al encéfalo, recuerdes algo y este “archivo” de memoria haga reaccionar al sistema nervioso de manera tal que mande señales como loco para que uno se ponga igual. Resumiendo, ¿cómo es posible que uno se pueda acordar de algo y se le haga un hueco en el estómago que le provoque un solemne desperdicio de agua ocular? Un magnicidio de la fauna marina. No lo entiendo, no me queda claro.

Lo más drástico es el tiempo. No importa cuanto tiempo pase, hay archivos de memoria que siempre provocan la misma reacción, incluso hay unos hijos de p… que provocan reacciones peores a medida que pasa el tiempo, pero tampoco sé porqué, quizás si lo supiera sería médico o psiquiatra, pero soy mercadólogo.

Ya sé que se acabó, ya sé que me han dicho un montón de tonterías, dos que tres insultos y cientos de: “ay ya párale con eso” pero es que no lo entienden, a veces de verdad creo que me voy a volver loca. Y aludo de nuevo a la memoria, si yo no tuviera memoria estaría mucho mejor, así no existirían esos momentos del demonio en que se te cruza una foto, una canción y te pones contra la ventana del coche con esa cara de estúpido que no puedes con ella, pensando en que “fue bonito mientras duró”, recordando. Y cuando despegas la nariz del cristal y regresas a lo que consideras tu triste realidad, comienza esa patética sensación que te aplasta el estómago y te hace crecer una pelota de béisbol en la garganta, entonces recordar ya no es bonito, y cuando estás en el punto en el que estoy yo, es incluso desesperante.

Estoy harta, no no, estoy hasta la madre de esa maldita sensación, de no poder escuchar mis canciones tranquilamente porque todas hablan de lo mismo, de no poder hacer un playlist que no provoque cortarse las venas a un rockero, de mantener siempre la misma mirada vacía como si el autismo hubiera tomado el lugar de mi alegría, de sentir que se me sale el corazón y poner cara de horror cuando está cerca, de no saber que hacer ni que decir en tal caso, de tenerle miedo en lugar de amor, de cerrar la puerta todos los días y sentarme a respirar porque me cuesta, estoy realmente hasta la madre.

¿Como es posible que no sea capaz de mandar todo al demonio?, yo, YO que soy experta, cruel y fría, no señor, yo no puedo darle simplemente vuelta a la página, no puedo agarrar una caja, llenarla de recuerdos e ilusiones y tirarla a un río, no puedo.

Estoy harta de no ser quien soy, de ser tan diferente, tan como no me gusta, y no encuentro de verdad una respuesta, una salida, una opción.
Y ahora todo lo que tengo es miedo, tengo un miedo increíble de no poder salir de ahí, de que esto se vaya a quedar para siempre, de que esta sensación nunca cambie, que nada más me provoque mas que… eso. Tengo miedo de que esto nunca acabe, de tener por siempre eternas “recaídas”, de toparme en adelante con lo mismo una y otra vez como si estuviera en un laberinto en espiral. Tengo miedo, estoy harta y tengo miedo de no volver a ser lo que era, quien era, de no poder, como suelen decir los enamorados, vivir sin alguien, porque hasta ahora eso parece, simplemente no sé como.

No hay comentarios.: