lunes, agosto 29, 2005

A mi vuelta

Uno a veces no piensa, yo no lo hago la mayoría de las veces, a pesar que soy más de las que planea las cosas para que salgan mejor, suelo hacer la mayoría sin pensar, nunca he sido de esas que se detiene a ver las consecuencias y creo que... en varias ocasiones debí de hacerlo.
Todo en la vida se puede recuperar menos el tiempo, y eso es lo que comienzo a extrañar en este momento, todo el tiempo que perdí con una persona y que no volverá, y aunque ahora aproveche cada instante con él, todo lo anterior lo extrañaré como si lo hubiera tenido sin tenerlo.
Crecí pensando que eras genial, un héroe, siempre con sorpresas, regalos, historias. Todos los días a las 5:00pm llegabas del trabajo y yo salía corriendo de la cocina y saltaba sobre ti, todos te esperábamos para comer. El fin de semana al club, no era capaz de meterme al agua si no te metías conmigo, los domingos que cocinabas los huevos a la mexicana que después de 23 años me siguen sabiendo igual de bien y las carnes asadas con el football de fondo... era una buena época.
Pero crecí, y tu carácter y el mío son tan iguales como diferentes son nuestras maneras de pensar, y cuando decías negro yo siempre opinaba blanco, encima recibía la misma información todos los días, me llenaban la cabeza de ideas que luego ya influenciada comprobaba de mala manera.
Comencé a sentirme grande, a creer que mis ideas, mi manera de pensar y de vivir estaban fuera de tu alcance, de tu época, de tus años, jamás te di el beneficio de la duda, jamás me senté a tomar un café y platicar para arreglar nuestras diferencias sino que fui acrecentando la brecha, sintiéndome cada día más individual, sintiendo que habías dejado de ser superman porque ahora lo era yo, y si no te parecía ya podías consolarte con tu "supermancito" tu favorito, según me decían, pero yo nunca me sentí así.
Siempre supe que podía contar contigo, si yo me quejaba no preguntabas ni porque y salías disparado a asesinar al culpable, incluso cuando yo tenía la culpa, veías la forma de que yo no pagara las consecuencias.
Yo sé que intentaste mil veces acercarte, intentabas hablar, sacarme plática, enterarte de mi vida, participar de ella aunque fuera un instante pero a medida que pasaban los años yo me alejaba más y me volvía más fría, más distante, más apática, llegué a creer que no te necesitaba y que no podrías formar parte de mi vida porque no eras capaz de comprender ni una sola de mis palabras.
A pesar de eso fuiste el único que me defendió cuando me prohibieron ver a aquel enamorado, tú que siempre odiaste que tuviera novio me dijiste: ve y has lo que quieras, yo confío en ti. Fuiste el único que habló conmigo del futuro, que me ofreció su apoyo por si algún día cometía un error, quien me dio la confianza de acudir a él antes que hacer alguna tontería, y eso que según yo eras cerrado y tradicional. Por no decir que no querías que viniera a España y al final viste como se me iluminaba la cara cuando escuchaba este país y todo lo que me esforcé por conseguirlo, que me apoyaste en todo y sólo dijiste: me hubieras comentado más cosas. Lo mismo cuando cambié de universidad.
He aprendido por esto y por muchas otras cosas que las cosas no se valoran por la cantidad ni por la calidad, sino por el nivel que tienen y por estar en el momento justo que se les requiere. Tú chocarás eternamente conmigo porque somos iguales, desde la sangre hasta la manera de estornudar pero eso no implica que no nos hablemos, que no nos veamos, que estemos siempre enojados. Siempre estuviste en el momento adecuado con la respuesta adecuada, no necesitaba más y no necesito más, no sería quien soy sin todos esos años - buenos o malos - compartidos.
Ahora que me he dado cuenta de tantas cosas, ahora que tuve la oportunidad de convivir contigo sin más gente, sin trabas, ahora que las cosas ya las sabemos decir de otra manera, ahora que sé que no eras el malo ni yo superman, ahora que... espero no sea demasiado tarde podemos llevarnos bien, podemos seguir como hace un año, cuando comíamos juntos los fines de semana y hablábamos hasta del football, ahora que nos enviamos emails, y hasta nos vemos en el messenger, ahora que hablo por teléfono y soy feliz por escuchar tu voz, ahora quiero sino recuperar esos años en que no me daba cuenta de nada, aprovechar lo que nos queda, que será mucho y muy bien porque sigues y seguirás siendo mi superman, ¡si hasta tu esposa se llama Luisa! vamos Papá, ya estoy de vuelta, te vas a levantar de ahí y vamos a salir de esto juntos que por algo alguien me mandó de regreso, yo ya regresé, ahora tú tienes que regresar conmigo.

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