domingo, agosto 21, 2005

Azul profundo

El mar te trae a mí como inminente recuerdo de nuestros días pasados, no sé si es exceso de memoria o simple melancolía pero a través de la sal soy capaz de sentir incluso tu piel.
El mar debe ser tan profundo como tu mirada y cada ola que se avecina me levanta con terror y me libera suavemente demostrándome que no hay nada que temer.
Así en el mar, quisiera poder llegar tan lejos como tú, pero ya no sé si es miedo o impotencia, terror quizás de llegar y no volver o simplemente no llegar donde quisieras. Supongo que aunque me guste mucho el mar soy más bien una mujer de arena.
El mar mientras más obscuro más miedo me da, creo que tu no me das miedo porque me inspiras claridad, y aunque alguna vez me revuelque en tus olas, sé que no me hundirás en un remolino de azahares y mucho menos me ahogarás tras una corriente de dudas o bajo un arrecife de incertidumbre.
El mar es increiblemente versátil, sereno, calmado, relajante... o explosivo, violento, excitante. Es misterioso y enigmático, impactante y finalmente; no importa en cual de sus facetas te lo encuentres, siempre te domina, te deja en paz y lo mejor, al compás del sonido de sus olas te pierde en la marea y te hace soñar...
Creo que no podría vivir sin el mar igual que no podría vivir sin ti. Y aunque su azul interminable no abarque mi existencia podría perderme derepente y para siempre si quisiera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wow! simplemente a cada línea me envolvías más. Ni cómo decirte que me cautivaste y me robaste el corazón