lunes, diciembre 06, 2004

Nunca entenderé

A veces quisiera decir muchas cosas, siempre espero el momento perfecto, el día oportuno, la hora clave para hacerlo y al final nunca lo hago.
No comprendo aún por qué es tan difícil decirle a alguien que lo quieres, no entiendo por qué la realidad lo vuelve tan difícil. Por qué hay que esperar siempre esos momentos justos para decir las cosas y no se pueden decir cualquier día, en cualquier ocasión, tal como se sienten y como deberían salir. No entiendo por qué va primero el orgullo, el temor a ser rechazado, el miedo a decir sí o no, a tomar una decisión. Y es que la gente sabe tomar decisiones cuando el mañana es seguro, pero nadie sabe tomar decisiones si se le plantea una incertidumbre, sé que es mucho más difícil pero se puede por que no todo en esta vida es seguro, y si lo fuera perdería el chiste totalmente.

A veces quisiera sentarme a llorar por nada en absoluto pero no lo hago por que me parece estúpido, y me lo parece por que si alguien me viera no tendría palabras para explicárselo, y me parecería aún más estúpido. Ahora bien, si alguien lo hiciera, y me dijera que llora por nada, no me parecería tan estúpido, por que yo lo he pensado también. He aquí un dilema, todos sabemos y justificamos cosas por experiencia pero no sabemos ser empáticos, por eso juzgamos a mucha gente sin conocerla, sin saber a ciencia cierta quien es. Oh la humanidad, que decepción.
Puede ser que algún día me pare enfrente de alguien y le diga: me cagas, después me de la media vuelta y me vaya. Tal vez otro día pueda llamarle a alguien y decirle: te extraño o te quiero y colgar, o bien esperar que me responde, tal vez un día pueda sentarme a esperar si alguien tiene los huevos para decirme las cosas de frente y dejar de mentir, estoy hasta la madre de las mentiras, de la hipocresía, de los complots, de las fachadas, del protocolo, del modus vivendi, de la apatía general que nos ataca últimamente, de los cobardes, los mercenarios, los indecisos y los culeros, de la sociedad de mierda que nos rodea y nos pone reglas para aprender solamente a romperlas, por que ni el que las pone las sabe seguir; de los manuales y las instrucciones de cómo vivir la vida propia (¿entonces para que chingados es propia?); de la intransigencia, de la estupidez, del pendejismo bruto, neto y total que nos trae peor que el virus de la gripe, se transforma todo el tiempo pero el desgraciado nunca se va. Estoy realmente hasta la madre de tanta porquería, a veces siento que vivo en un pantano o un lodazal, donde cada vez es más difícil caminar sin hundirte en la mierda que te rodea, y de donde empieza a ser imposible salir.
Estoy harta de tanta chingadera, sé que hay alguien que hace salir el sol de cada día y no camina en la tierra con los pies, así que sólo espero haga una renovación del libre albedrío, para ver si cambiamos un poquito de libertad por un gramo de inteligencia y aprendemos a llevarnos bien. Millones y millones de personas viviendo en el mismo lugar desde hace miles de años y todavía no sabemos convivir, ¡CARAJO!

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