martes, enero 16, 2007

One day at time

Casi nunca entendemos las cosas cuando lo necesitamos. Recuerdo que cuando era pequeña le preguntaba a mi madre si duraría hasta que yo fuera abuela, esa era la meta, ella siempre me decía que sí. Yo sabía perfectamente que no podía pedirle que nunca dejara este mundo, siempre fui consciente de la muerte, pero mi idea de que aguantara hasta que yo fuera abuela, me tranquilizaba, quizás pensaba que para ese entonces no me haría tanta falta, o quizás entendería porque habría acabado su tiempo y no me dolería tanto, ahora creo que lo único que pretendía garantizar, era tiempo.
Alguna vez pensé que si un día faltara mi abuela, no lo entendería, me preguntaba qué pasaría con la Navidad, las comidas de los domingos, la casa de la Yaya. Pensé que nunca podría entender que mi abuela se fuera, que nunca lo justificaría, pero hoy aunque sigue siendo un asunto que no me gusta y aunque probablemente me duela igual que hace 10 o 15 años, lo entiendo.
Sé que las cosas terminan, y cuando no terminan cambian lo que hace fines y comienzos de todo.
Hace poco platicaba con un gran amigo, yo estaba en uno de esos días en que la luz del sol te parece obscura y fría, sentía que de verdad no podía dar más, que no me aguantaba ni yo, que tirar palante ya no era posible. Realmente no sabía si saltar de un puente era más sensato que despertar al día siguiente. Él me manejó la idea de siempre, de esperar, dejar que las cosas se asienten, tener fuerza de voluntad, ganas, etc. A mi todo me sonó a discurso prefabricado.
Después de algunas semanas todo acabó. Ahora entiendo muchas cosas, hago recuento y comprendo cosas que desde hace 5 años me intrigaban, ahora es tan fácil seguir adelante que lo que no entiendo es como pudo presentarse un día en que creí que no era posible.
Como la gravedad, la vida cae por su propio peso, las piezas se acomodan y aunque jamás podremos entender las cosas en el momento en que queremos sino después, cuando el tiempo nos permita reaccionar más prudentemente, más conscientes de lo que pasa y pasaría.
“One day at time” es lo mejor que me ha funcionado últimamente, suena a discurso de AA pero es un proceso genial, “un día a la vez”, uno por uno, levantarse, respirar, disfrutar, pensar, caminar… un día a la vez y uno de esos días, será sorprendente.

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