lunes, junio 09, 2008

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos


Cuando salió esta película no me gustaba. La vi, no me pareció mal, pero creo que por las ideas que tenía en ese momento acerca de los recuerdos y el pasado no me permitía que me gustara. Pasó el tiempo y como todo, las cosas cambiaron, la situación y mi manera de ver la vida de modo que terminó por ser una de mis películas favoritas.
Ayer, mientras platicaba con ese dream team formado del otro lado del atlántico –como los quiero desgraciados- surgió el tema de esta película, que en un extraño giro de las circuntancias resultó ser la primera peli que vimos juntos. Hablámos del main point del filme que radica en si borrarse los recuerdos es buena idea o no, y yo ante la sorpresa del grupo dije que me borraría la cabeza en un instante. Se aventuró algún otro comentario que en resumen implicaba que estaba loca, por ahí surgió algo como: “pero si los recuerdos son lo más bonito que tenemos” y yo, del modo más tranquilo y sensato expliqué.

“No, no me borraría la memoria, creo que gracias al pasado soy la persona que soy hoy y me gusta. Olvidar el pasado no significa arrepentirse de él, y a veces aunque quieras es difícil hacer a un lado ciertas cosas que con gusto olvidarías, para que ya no te hagan daño. No me borraría la memoria, me borraría ciertos recuerdos, borraría personas, porque cuando en una historia las cosas malas superan a las cosas buenas, ya no vale la pena conservar ese recuerdo.”

Resignados y en un estado de reflexión estática asintieron sin mucha emoción.

“Hay cosas increíbles que pudiste haber vivido antes o con alguien, pero si ahora, de pronto te sientas en la cama y al pensar en ello te enojas, te duele o sufres, si cada vez que piensas en ello dices: “¡me lleva la chingada!”, en vez de decir: “uy, que bueno estuvo…”, entonces no vale la pena recordarlo, hay cosas que por más que tratas de hacer a un lado duelen. Duelen cuando aparecen y ni siquiera puedes controlar que no aparezcan. Si cada vez que te acuerdas sientes que te arrancan la piel, tienes que hacer algo para no acordarte, lo que sea. Así que si existiera el aparato ese, yo me borraría un recuerdo en un instante y sin pensarlo, y ya no tendría que enojarme más, ni que sufrir, ni que hacer sufrir a nadie. A veces borrar algo es cerrar la puerta para poder abrir otra a una vida nueva y mejor. Quizás es una idea, una tecnología, hecha para los que no somos tan fuertes.”

Querían decirme que no, al menos alguien de ellos quería encontrar un argumento para hacerme ver que estaba equivocada, que lo que uno vive es por algo y no hay que borrarlo jamás, pero no pudo, no había tal argumento, a pesar de partir el esquema del romanticismo y el “recordar es volver a vivir” parecía que no estaba equivocada. E incluso esto reforzaba mi idea; si recordar es volver a vivir, hay cosas que definitivamente no quisiera que volvieran a suceder. Y es que cuando te rompes la madre, aprendes a meter las manos.

Hablamos de las cosas buenas también. Mencionamos que finalmente la película planteaba la idea del meant to be, que hay un destino y no puedes huir de él, que cuando haces algo con la determinación del mundo te sale, y te sale bien. Ellos se quisieron olvidar, se olvidaron, uno se arrepintió de ello y al final se recordaron, o será que jamás se olvidaron realmente.

Dicen que cuando tienes un secreto, y realmente no quieres contarlo, no lo dices, aunque te hipnoticen, no lo dices, el cuerpo es inteligente y te lo impide. Recuerdo que alguna vez compartí un secreto con alguien, y a veces me decía: “¿Cómo lo haces?, cómo logras callarte aún cuando estás jarra, o entre amigos, cómo no se te sale. Por una sola razón, por que nunca quise decirlo.

Creo que lo mismo aplica para los recuerdos, hay cosas que aunque te obliguen, no puedes olvidar, no tienes esa capacidad física ni mental, hay cosas que uno no puede hacer solo, y sería bueno tener cosas así, fantásticas, que te echaran la mano.

Y a veces me da miedo, es algo tan grande y tan duro que me da miedo. Por ejemplo, la parte en la que Kirsten Dunst se entera de que el profe le borró la memoria y a partir de ahí se encarga de romperles el teatrito, es muy fuerte. Por lo que puedes deducir, ella se enamora de él, tienen algo real, intenso, y un día se les sale de las manos y el hombre este le borra la memoria, al parecer ella era la más enamorada y el escoge la otra moneda y se queda con su familia, pero a final de cuentas ella lo vuelve a conocer, se vuelve a enamorar, en otro tiempo, en otras circunstancias pero sucede lo mismo que al principio, y te das cuenta que es algo inevitable.

Y es lo que me da miedo, si finalmente esto existiera, si pudiera borrarme la memoria, ¿volvería a suceder? ¿Me enamoraría una y otra vez de la misma persona? ¿La conocería una y otra vez y volvería a conquistarme cada ocasión? O será de esas cosas que sólo pasan una vez y ciertamente no vuelven a pasar. Somos diferentes, hoy somos otras personas y es interesante pensar que pasaría, si como desconocidos nos encontráramos en un café y pidiéramos lo mismo, y yo sonriera y él me rehuyera la mirada sonriendo también, y si habláramos de repente, ya no de Mecano o de Friends, tal vez que Starbucks no es buen café pero sabe rico, tal vez que nos gusta el mismo termo o la misma taza, tal vez que empiece a llover y digamos que nos gusta la lluvia y volvamos a sonreír, tal vez pasaría todo de nuevo, inevitablemente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

vaya, es un tema interesante! creo que no he visto esa película, pero ya se me había ocurrido algo parecido... aunque yo no me 'borraría' la memoria, supongo que no tengo demasiados malos recuerdos como para eso.

Saludos!

Kózmica dijo...

Yo creo que si borraría algunas cosas de mi memoria, pero es cierto eso de que si no lo recuerdas lo vuelves a vivir. Sería un círculo vicioso.

Saludos