miércoles, julio 18, 2007

Del sueño a la realidad

Creo que mi vida está cayendo en el ridículo. Tengo tantas cosas que escribir que no hayo por donde empezar, las ideas se mezclan tan rápido que no podría escribir nada coherente, aunque quizás aunque tuviera una idea clara no la podría escribir coherentemente. Últimamente todo es así. Prefiero mejor entrar en la ficción.

Las últimas semanas he soñado cosas raras. Para salir un poco de la rutina me he dedicado a leer el significado de los sueños, la interpretación, los horóscopos y todas esas chorradas de la astrología. Todo me ha dicho en conjunto que me cuide. La advertencia más reiterante según los "astros" es acerca de la gente. Que no confíe en nadie porque hasta el más cercano podría traicionarme. Que estoy rodeada de envidias. Que mucha gente tiene celos de mí y de lo que hago. Que las personas a mi alrededor quieren hacer competencia desleal. En fin. En pocas palabras debo andar por la vida con el soundtrack de Misión Imposible a todo lo que da. Y yo me pregunto: ¿Habiendo tanta gente en el mundo, los que están a mi alrededor en verdad tienen tantas ganas de joderme justo a mí? No lo creo.

Ayer soñé que mi hermano y yo íbamos a una feria. Nos subíamos a una especie de montaña rusa gigantesca, altísima donde no había un alma y al final el desgraciado cochecito se caía a mitad de la nada e íbamos a parar a una alberca inmensa. Después de rescatar mis calcetines, mi chamarra y mi mochila salí disparada del agua al ver un tiburón dirigiéndose -con toda la intención de comerme- hacia mí. Salí a tiempo para descubrir que mi hermano en la otra orilla no terminaba de salir del agua. El tiburón decepcionado por su ataque volvió el cuerpo de regreso hasta descubrir que mi bro seguía en el agua. Entonces le grité al tarado ese que se saliera de una vez pero se resbalaba y no lograba salir. Dejé mis cosas en la especie de chapoteadero donde estaba parada y volví al agua para distraer al tiburón. Lo logré, el desgraciado animal volvió a mí dejando tiempo suficiente para que aquel saliera de la alberca de una buena vez. Yo nadé lo más rápido que pude y al final salí ilesa también.
Después aparecimos los dos juntos con una amiga de la universidad en una estación de policía al estilo Texas Boundary enfrentando los cargos por daños al parque -por romper la montaña rusa- y a los animales que viven en él -por molestar a Mr. Sharky-. Lo último que hablamos mi hermano yo, empapados, fue acerca del regaño/castigo que nos pondrían mis padres y el regaño de Karlita, mi amiga que no sé que demonios hacía en el sueño.

El fin de semana soñé que Shak tenía un accidente de tren. Yo estaba en una fiesta, de hecho en un tren, con todos los de la prepa y el trabajo. Montse me informaba lo del accidente y me decía que David (Shak) andaba por ahí pero no quería verme porque había quedado muy mal después del accidente. Yo lo buscaba sin encontrarlo pero al final mi mamá lo convencía de ir conmigo y lo veía al fin. Era un monstruo. Había quedado irreconocible. Tenía poco cabello, agujeros en la cara, la piel obscura, un ojo cerrado, una oreja colgando y un brazo más largo que otro, estaba peor que cuasimodo y sólo me sonreía con desesperanza. Lo abracé y me puse a platicar con él. Me contó cómo había sido el accidente aunque ahora ya no recuerdo esa parte. Nos quedábamos juntos en la fiesta y lo que más recuerdo es que cuando estaba cerca de él no lo veía mal, cuando estábamos cerca, bailando, platicando o dándonos un abrazo lo veía igual que siempre, totalmente bien, y pensaba que quizás no le había pasado nada y que todo era producto de la imaginación.
Finalmente nos quedamos solos al final del tren. Me preguntó si aún quería estar con él y le dije que sí, ¿a pesar de cómo estoy ahora? me dijo, yo contesté que a pesar de todo y sobre todo estaría con él, ¿Te casarías conmigo? preguntó finalmente, y yo como tonta de telenovela derramaba la lagrimita diciéndole que sí, que por supuesto, que era algo que había querido y esperado toda la vida. Regresamos a la fiesta para anunciar el compromiso. A partir de entonces no volví a verlo mal, era el mismo de siempre, sano, normal, guapo... como si las cosas buenas que nos rodeaban ocultaran o repararan el daño causado. Todo fue "color de rosa" a partir de entonces. Y desperté.

No desperté feliz, desperté preocupada, ese mismo día las circunstancias me llevaron a sus rumbos, pasé 3 veces al lado de su casa y estuve 2 veces más por los alrededores, el camino al cine, a la fiesta, a todo terminaba por llevarme para allá. No tengo su teléfono, pero ese día lo recordé aunque no llamé, todo el día tuve la sensación de constatar que estaba bien, que no le había pasado nada, pero no lo hice, sigo sin hacerlo, sigo sin saber si está bien. Tampoco sé cómo está mi hermano pero al menos sé perfecto que no se lo comió un tiburón.

¿Que haré? si es que hago algo... tengo un mal presentimiento al respecto de David, en verdad que creo que algo pasó pero... ¿cómo saber? sigo sin recordar su teléfono, no tengo su mail -si es que tiene- sé donde vive pero... quizás haga eso, quizás me estacione lejos donde no me vea sólo para revisar que en verdad está bien. Quizás haga lo mismo con mi hermano. Después de todo, nadie conoce el nuevo coche.

A que mis presentimientos caray...

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