Hay
diferentes niveles de dificultad para acomodar las cosas, pero hay que recordar
que siempre se acomodan. Siguiendo un poco la frase en Hotel Budapest, si no se
acomodan es que por ahí no va.
Mi aventura
hidrocálida empezó un 27 de noviembre de 2017, por aquello que luego quiera
leer esto y no sepa cual era “el año pasado”. Empezó muy bien, era como abrir
una bolsa de legos con indicaciones de 1 a 3 años. Fácil, colorido, atractivo y
con cero niveles de dificultad. Luego se transformó en un rompecabezas de 1000
piezas en el que, a pesar de tener la imagen, conocer las reglas básicas de
armar primero las esquinas y el contorno, a medida que se forma más la imagen
era más difícil terminar el rompecabezas. Luego fue simplemente un Mecano,
piezas chiquitas por todos lados, tornillos, motores, herramientas necesarias
que no tenía y si bien debía armar un barco parecía que estaba armando una
figura del jorobado de Notredame, sin joroba. Un completo desastre, caos muerte
y destrucción.
Con un panorama
así lo lógico es actuar como mi hermano y lanzar todo por la ventana. La
frustración hace que tomes decisiones equivocadas e impulsivas. Estuve a punto.
Sin
embargo, las cosas se acomodan. Esto no volvió a ser un lego de entre 1 y 3
años, quizás siga siendo el mecano en el que se necesita mucha cabeza y mucha
paciencia para armar, pero poco a poco vamos (y digo vamos porque no estoy sola
en esta aventura) encontrando y definiendo las herramientas para armar cada
cosa, el sentido de cada pieza y formando una imagen mental que cada vez tiene
más nitidez.
Sin duda no
ha sido fácil, y no lo será durante un tiempo, pero es que no tenemos entre 1 y
3 años, nuestros retos deben y van a ser cada día más complicados y está en
nosotros aceptarlos y como dicen por ahí, agarrar al toro por los cuernos.
Siempre hay
días como hoy, en los que amanezco contenta y constato que “todo le sale bien a
Vero” y hay días como el 15 de enero en que si ves la salida es porque es un
desfiladero. Sin embargo, no todo es permanente, así como nadie vive en una
felicidad eterna, nadie vive en una inconstancia, negatividad o tristeza eterna
(que si sucede hay prozac y eso) y eso ayuda a levantarse de nuevo.
Sin duda
hacer unos cambios en el camino, platicar, preguntar y externar las
complicaciones con una retahíla de palabras altisonantes con tono de asesino
psicópata ayuda muchísimo. Poco a
poco, mi mamá siempre dice “poco a poco” y dicen que las madres siempre tienen
la razón.
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