Últimamente, he estado leyendo mucho acerca de que hay que aprender a vivir en el presente. Dicen que mucha gente vive en el pasado, pensando que vivir en otra época hubiera sido mucho mejor, porque había menos presiones o las regala eran más holgadas, por la sociedad o hasta la comida. Otras porque se aferran a tiempos felices que no han podido reproducir, como una expareja inigualable, un ser querido irremplazable, un trabajo inmejorable, etc. Dicen también –los que lo estudian- que esto es una conducta de negación. Como no aceptan su presente, quieren vivir otra cosa que plantee un mejor panorama que el tiempo actual que no satisface sus necesidades o bien, gustos. En fin, que no aceptan lo que tienen y quisieran tener otra cosa, en este caso, lo que tenían o hubieran tenido en otro tiempo, según ellos.
El otro lado es vivir en el futuro. Muy común entre la gente se da que piensen en cómo mejorará su vida o su situación en un futuro cercano o lejano. Suelen decir cosas como: cuando yo sea rico… cuando mis hijos crezcan… cuando gane el PRD… cuando me jubile… etc. Viven negando o bien, haciendo a un lado tamabién el rpesente. Piensan que el futuro en determinadas circunstancias deberá ser mejor. Que no siempre serán pobres, o padres o empleados, y cuando eso suceda empearán a vivir un presente feliz. Antes no.
En ambos casos el problema radica en que el presente es lo único real que tenemos, de modo que vivir en el escenario del pasado o el futuro es en realidad perder el tiempo, ya que ni podemos regresar a otra época ni podemos vivir en un tiempo que aún no llega.
Entonces dice, UBICATE –película famosota en los 90 que me recuerda ciertas cosas. Vive el presente. Disfrútalo porque es lo único de lo que puedes tener certeza. Y sí, habría que concentrarse en eso. Como dijo el idiota del maestro de Yoga: “no podemos vivir en el futuro, que tal si ahora viene un terremoto horrible y nos quedamos aquí todos”. Acto seguido la poca relajación que habíamos adquirido se tradujo en caras botulínicas de sorpresa, desagravio y miedo. Ante tal consecuencia, repuso enseguida: “pero lo importante es que en este momento no está temblando y todo está bien. La mayoría de la clase no pudo reponerse y más allá de escuchar un “tiene razón” se escucharon los murmullos de: “este idiota”, “ojalá que no tiemble”, “ya me puso nervios@”.
Futurizar es una tendencia común. Yo creo que es porque así podemos tener mejor control de las cosas. Por ejemplo, no puedes hacer planes si no futurizas, tendríamos que vivir bajo el concepto de Dios proveerá. Sin embargo, sí es importante darle más peso a lo que está pasando en el presente. Es como si supiéramos que vamos a morir mañana, sería difícil concentrarse en otra cosa, pero lo mejor sería tener hoy el mejor día de nuestra vida, sin reloj ni preocupaciones. Sin que nos robe un solo minuto la tristeza o la desesperación de pensar, “mañana ya no voy a estar”. Pero claro, sería difícil. No estamos acostumbrados a tirar todo por la borda.
En fin que, hoy no me puedo concentrar porque me la he pasado pensando en el futuro. Pienso en el avión que tengo que tomar dentro de 4 meses y me alarmo un poco. Pienso en la hora de la comida, cómo nos organizaremos y si después de comer ya podré concentrarme mejor. Pienso en la boda del fin de semana, en cómo saldrá todo, en el viaje, en los horarios, en la logística y por supuesto antes de siquiera haber llegado, en el regreso. En la junta de hace unas horas me la pasé pensando en mi futuro hijo que aún no existe, y me imaginaba cómo era, me imaginaba dedicándole un libro que aún no he escrito y entonces me puse a pensar en el argumento del libro, en algunos párrafos, en el aniversario de lustro antes del hijo… y luego volví a la realidad. Cabe mencionar que hoy he estado un poco ansiosa, con un poco de kola loka en la garganta, y el único momento en que se me quitó esa pesadez fue cuando dejé de pensar en todo, tomé mi botella de agua y di unos sorbos. En esos 20 segundos estuve tranquila, relajada y sin preocupaciones, luego, al no tener nada en que entretenerme a pesar de la ponencia en curso, volvió el nudito, el libro, el hijo, el viaje y todo lo demás.
Sé que no es magia, ¿pero cuál será la mejor manera para quitarte el lastre de los tiempos ficticios? Si existe una recomendación, debería haber también alguna manera de llevarla a cabo.
Es como decirle a alguien: “Te aconsejo ahorrar”. Bueno, pero dime un buen método porque yo no sé ahorrar. Igual, habrían de decirte: “Te recomiendo que no futurizes, y puedes empezar a hacerlo así”.
Yo digo.
2 comentarios:
A pesar de que me pare que pasaste ( o al menos no publicaste) mi anterior respuesta en un artIculo tuyo en este blog...
"El poder del ahora" es lo que pareces necesitar a juzgar por tu ultimo párrafo. Dale una oportunidad, dos y tres... No es fácil romper con lo que llevas años practicando y se necesita tiempo. Pero es un libro sanador
A pesar de que en mi ultimo comentario en este blog, no fue publicado no sé si por dar opiniones o consejos demasiado duros o esclarecedores, que a mi me han valido mucho en terapias y hábitos existenciales...
Te recomiendo el libro "el poder del ahora"; un libro sanador que necesita de varias lecturas para romper con los viejos y no saludables hábitos existenciales
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