El mundo se
ha vuelto una mierda. Políticos corruptos, gente miserable, mala educación, abuso
de madres, mujeres y homosexuales. Abuso de hombres, padres y heterosexuales,
que deslumbrados por las anteriores minorías pasan desapercibidos, analizados
por una lupa inexistente.
Pero
volvamos al principio. ¿El mundo "se ha vuelto" una mierda? No. El
mundo siempre ha sido una mierda. El gobierno, el grupo electo de hoy en día
que roba a mansalva y se enorgullece de manera soberbia por sus acciones,
premia a su calaña y se burla del pueblo, no es nada más y nada menos que la
monarquía de hace 600 años. No es en nada diferente a la realeza de hace 1000
años donde la única diferencia radicaba en tomar lo que no era suyo bajo el
poder de una espada, un título o un poder divino incomprobable. El título de
senador no es en nada diferente al de conde o marqués. Las doncellas y damas de
compañía no son en nada diferentes a las secretarias de gobierno, hijas y esposas que utilizan
como moneda de cambio sin acordarse que se trata de personas. Digamos que lo
de "trata" es lo único que entienden.
¿Y
nosotros? ¿Acaso somos seres humanos sin culpa ni pecado? ¿Acaso sólo somos
víctimas del sistema? No. Somos el espartano jorobado que quiere ser bueno,
pero lo obligan a ser malo. Como un niño pequeño, su respuesta ante la negación
de tener lo que desea es la traición, la puñalada trapera para demostrar a quienes se lonegaron que
conseguirá lo que quiera, cueste lo que cueste.
Somos un
puñado de animales que escudados en el pecado original, en el origen
de las especies, en el instinto de supervivencia o cualquier chorrada que nos
deje la conciencia tranquila, hacemos actos impensables de egoísmo bajo la
excusa de la supervivencia del más apto. Somos aquella población que inventó el
dicho: "de que lloren en su casa a que lloren en la mía". Somos los
que se bajan del coche con la capa de valiente hasta que encontramos que del
lado del copiloto viene el novio de 2 metros de la chica. Somos los que
inventamos: "el que no tranza no avanza". Somos un hato de ineptos
que ante la impotencia de cambiar "el mundo" decidimos crear nuestra
pequeña y bonita burbuja, porque: "corazón que no ve, corazón que no
siente".
Y sí. Hay
grupos, personas, acciones que nos devuelven la fé en la humanidad, la
esperanza, las ganas de poner nuestro granito de arena a pesar de saber que es
solamente un granito. Sí hay bondad, sí hay un lado agradable, "humano". Pero por
cada animal salvado del mar, de la calle, de una trampa, hay otro animal
abusado, maltratado, torturado. Por cada denuncia de delito hay otro acto de
revancha contra aquel que dispuso la denuncia. Por cada policía que te ayuda a
encontrar una dirección hay otro perdiéndote o dejando que te pierdan en el
borde de Xochiaca.
Y mi pregunta
es: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a aguantar este sin vivir de blanco y
negro? ¿Este ying yang constante? ¿Hasta cuándo vamos a disfrutar de un día
soleado sin pensar que es sólo el presagio de una gran tormenta? El mundo nunca
ha sido una mierda. Somos nosotros, siempre hemos sido nosotros. Nos quejamos
de los musulmanes, de los orientales, de los africanos que mutilan a sus
mujeres, de las sociedades que no comparten las modernidades y mente abierta de
occidente, pero aquí detrás de nuestra pantallita. No nos uniremos a una
expedición, no dejaremos nuestro trabajo efectivo y cómodo, no dejaremos
nuestra casa con internet. Pero nos quejaremos, ¡ah sí nos quejaremos! y
reuniremos firmas y distribuiremos fotos grotescas para hacer a la gente
pensar. Sobre todo porque tenemos a Obama, a Putin, a Yoweri Museveni como
amigos en el Face, y leen y le dan like a todos nuestros posts. Dios bendito no
vivimos en el medievo, porque no nos atreveríamos a jugarnos el honor en un
juicio por combate, las sillas ergonómicas resultan mucho más motivantes para
lanzar quejas a diestra y siniestra. Es más, ¿Qué es el honor? ¿No es solamente un invento de HBO para atraer audiencia o una estrategia de Martin para darle credibilidad a una historia antigua? ¿Honor, valor? Yo creí que eran cosas modernas que se obtenían en la política y en las pistolas.
Somos seres
con un regalo que jamás hemos sabido utilizar. Nos dieron algo que en principio
era bueno, pero el octavo día el creador descanso y se olvidó de evaluar lo
que nos daba. Creó la luz y vio que la luz era buena. Creó la tierra y vio que
la tierra era buena. Creó el libre albedrío y ya no vio más. ¿Y nosotros
para donde vamos a ver? Quizá después de 2000 años se nos ocurra por fin
utilizar el regalazo para cambiar "al mundo". Si no, antes de eso el
mundo cambiará por nosotros y ni siquiera lo vamos a ver.
Por cada Chávez hay al menos un Quino que a través de una niña de 6 años, hace ya más de 40 nos enseñó: "rápido muchachos, resulta que si no cambiamos el mundo ahora, el mundo nos cambiará a nosotros después". ¿En qué etapa estaremos ahora "muchachos"?
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