Ser un animal nocturno era una bella rutina... y en un segundo comprendí lo que importa y lo que no. Gracias.
Sin novedad en el frente, me voy a dormir.
Y tanta fe no tengo, pero los suficientes pantalones para seguir dándole la cara al mundo le cuadre o no.
1 comentario:
Bravo!, asi tenemos que seguir, con la cara levantada.
Un saludo, es la primera vez que entro en tu blog, me gusto bastante, prometo regresar.
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