Todos tenemos un momento en que nos acordamos de algo en especial o de todo un poco, da lo mismo. Ese momento en el que cerramos los ojos, nos concentramos para dejar la mente en blanco y los recuerdos empiezan a llegar, tu vida pasa por tu mente como un largo carrete de diapositivas con los momentos más trascendentales e importantes que han marcado tu vida hasta ahora.
Yo no me había fijado en cuanto he dejado por alcanzar lo que he soñado. He dejado muchas cosas, muchas personas, mucho tiempo y tal vez muchas oportunidades. Me concentro tanto en lo que viene que nunca me quedo a ver lo que fue, es mi manera de no desviarme del camino, de mantener la vista fija en mis objetivos y no arrepentirme después. Sería una tontería.
Hasta ahora no me arrepieno de nada, aunque se que muchas veces puede haber hecho las cosas mejor, sé que en ese momento no tenía ninguna mejor opción que lo escogido, así que creo que lo hice bien.
Hoy empecé a recordar México, desde la calle donde vivo hasta la última cosa que olvidé en el fondo del cajón. Me fui muy rápido, no me fijé en que extrañaría tener aquí, sólo me lleve lo básico, lo esencial para pasar los primeros meses sin importar lo que hecharía en falta una vez establecida. Por una parte lo hice concientemente, era una manera de no arrastrar el pasado para poder empezar una nueva vida sin broncas, pero hay más cosas que extraño de las que hubiera imaginado.
Mis sábanas de animalitos, mi lámpara de balón de basketball, mi sillón, mis zapatitos naranja, mis tennis del basketball, mi cajón de triques, mis discos, ¡CABLEVISION!, mis fotos, mi espejo, mi pijama de franela, mis Vans, ¡mis patines!, mi skooter, la bici, mi auto... ='(, mi colección de lentes, ¡mi almohada!, el refri que hace hielos, la alfombra, mi balcón (que buena vista tiene), mi PC (con la lap-top siento que siempre estoy en el trabajo) , mis pantuflas de dragón, mis posters, y... muchas cosas más.
De México cada día extraño más cosas, la comida, el tequila, el poder adquisitivo, el clima, la gente, la variedad de marcas y productos, la diversidad de tiendas, los establecimientos que abren toda la noche, el servicio a domicilio, la libertad, creanme, México es un país libre y definitivamente, a toda madre.
En esta época del año, ya habría asistido a 1000 y 1 posadas, habría comprado 200 cosas en el tianguis de Patricio Sanz para decorar mi casa y habría ido a la alameda a tomar fotos y comer churros. Pero no, estoy aquí planeando mis vacaciones en Barcelona, esperando comer embutidos pero imaginando que como el chilpachole y el pavo relleno de la Yaya. Ay decisiones, decisiones, reitero no me arrepiento, pero como extraño México y todas sus monerías.
No se diga la gente que dejé allá, la verdad pensé que no sería tan duro, ni tan difícil, pero lo es, será la época tal vez, no lo sé, pero extrañar tantas cosas, tan de sopetón es medio pinche.
Bueno, sé que me irá bien en Barcelona y aunque ha estado complicado, me ha ido bien en Madrid, así que sigo pensando que ha valido la pena y sé que todos los que están por allá lo piensan igual. Es un buen consuelo.
Ooooh, blanca navidaaad, llegas... na ra nanana nananaaa...
Ya sé, "Todo va a estar bien", ya lo sé... y aunque no lo esté, aqui nos quedamos, también lo sé...
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